Ríe así no tengas ganas

¿Te has dado cuenta de lo que ocurre después de un ataque de risa? Fíjate que no hay nada más liberador que unas buenas carcajadas. Yo recuerdo muchos momentos de estrés en mi vida que se alivianaron gracias a que a alguien se le ocurrió un chiste que me produjo una incontenible e incontrolable carcajada. Así que inténtalo: ríe así no tengas ganas

Resulta que cuando ríes, se activa una cadena de sucesos en tu cuerpo que comienza en tu cerebro y recorre todo tu organismo. Todo comienza en el sistema límbico, la parte del cerebro asociada con las emociones. Una vez que se activa esta zona, se envía una señal al corte prefrontal, responsable del pensamiento y la interpretación del humor. Si el estímulo es considerado gracioso, se dispara el proceso: el cerebro libera neurotransmisores:

  • Endorfinas, que generan placer y actúan como analgésicos naturales.
  • Dopamina, que mejora el estado de ánimo y da sensación de recompensa.
  • Serotonina, que equilibra el humor y regula funciones como el sueño.
  • Adrenalina, que produce una descarga de energía y bienestar.
El cuerpo entra en acción

La señal de risa llega a todo el cuerpo. Los músculos faciales se activan (especialmente los del cigomático mayor, responsable de elevar las comisuras de los labios) y se movilizan más de 300 músculos, incluyendo el diafragma, el abdomen, el pecho e incluso los músculos de la espalda.

Durante una buena carcajada se oxigena más el cuerpo, ya que se duplica la cantidad de aire que entra a los pulmones. El corazón bombea con más fuerza, lo que mejora la circulación y fortalece el sistema cardiovascular. Se produce una mini sesión de ejercicio: reír durante 10 a 15 minutos puede quemar hasta 40 calorías. Y se reduce la tensión muscular, lo que genera una sensación de relajación profunda que puede durar hasta 45 minutos después de reír.

Como consecuencia de todo este movimiento, en tu cuerpo se disminuyen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que cuando se sube por tiempo prolongado debilita las defensas. Al reducir el cortisol, se fortalece la respuesta inmunitaria: aumentan los linfocitos y las células NK (natural killers), que combaten virus y células anómalas.

Una medicina más efectiva, económica y contagiosa

Desde la mirada holística, reír armoniza los chakras o centros energéticos del cuerpo, especialmente el plexo solar (relacionado con la autoestima y el poder personal) y el del corazón (asociado al amor y la compasión).

Fíjate que la vibración de la risa también rompe bloqueos energéticos y eleva la frecuencia del campo electromagnético del cuerpo, lo que se traduce en una sensación de ligereza, conexión y vitalidad.

Mira esta historia. En 1964, el periodista y escritor Norman Cousins fue uno de los primeros en hablar del poder curativo de la risa. Diagnosticado con una enfermedad degenerativa dolorosa, Cousins decidió complementar su tratamiento con sesiones diarias de películas cómicas. Su mejor analgésico, decía, era media hora de risa profunda. Su recuperación asombró a los médicos y su historia dio pie a numerosos estudios en los años siguientes.

Otras investigaciones han revelado que la risa reduce la inflamación y mejora la memoria en adultos mayores; que las personas que ríen con frecuencia tienen menor riesgo de enfermedades cardíacas. Además de todos estos beneficios, la risa fortalece nuestros vínculos afectivos, con quienes reímos.

¿Cómo puedes reír más?

En Japón, India y varios países de Europa, se han popularizado los «clubes de la risa», donde se va a reír sin motivo. Se trata de una estrategia que combina ejercicios respiratorios de yoga con risas inducidas que terminan siendo reales. Resultado: personas más felices para el mundo.

Fíjate que como el cuerpo no distingue entre una risa genuina y una simulada, las dos generan beneficios. Por eso ríe así no tengas ganas. Lo importante es provocar el acto de reír, aunque al principio parezca forzado. También existe la risoterapia: una técnica terapéutica que utiliza la risa como camino hacia la sanación integral.

Entonces para que la risa se convierta en un hábito en tu vida, rodéate de personas con las que puedas reír; busca películas o videos que te produzcan risa.  También puedes jugar, baila, cantar y conectarte con tu niña o niño interior.

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Reír es un acto de resistencia, una forma de sanar, un abrazo para el alma y el cuerpo. No subestimes su poder. Porque cuando ríes, no solo liberas tensión: también abres la puerta a una vida más liviana, más saludable, más luminosa.

En resumen, la risa es una respuesta fisiológica, química, emocional y energética profundamente sanadora. Es una medicina completa que tu cuerpo produce de forma natural. Solo tienes que darle permiso para salir.

¡Ríe así no tengas ganas!