La felicidad es una decisión

1. Avidya – ignorancia

Cuando hablamos de Avidya nos referimos a la ignorancia espiritual. Esa que nos lleva a considerar lo eterno como transitorio y limitado, y lo transitorio y limitado como eterno. Es el desconocimiento del verdadero ser.

Por esta confusión le damos mayor valor a lo externo que a lo interno. Creemos que cosas efímeras como el cuerpo físico o los objetos materiales nos proporcionarán felicidad eterna y ocurre todo lo contrario, nos provocan ilusión, apego, sufrimiento y dolor.

Por eso es importante encontrarte con tu ser interior y buscar allí la causa de tu sufrimiento y no afuera, en tu entorno. No es el otro, eres tú.

2. La asmita – la “egoidad”

Es la limitación de la conciencia del ego o el sentido del ego. Es confundir los poderes o instrumentos del conocimiento (órganos de los sentidos y mente)] con el Ser Supremo. Es decir, creemos que somos los roles que ejercemos (madre, padre, doctor, abogado, deportista…); o la imagen que creamos o la que los demás crearon de nosotros mismos; creemos que somos los objetos que poseemos.  Realmente somos el Ser Supremo manifestándose en nuestra parte humana, somos la Escencia, la Divinidad manifestándose a través de nuestros roles.

Para ilustrarte con un ejemplo,  imagínate que el océano es el Ser Supremo y cada un de nosotros, somos una gota de ese inmenso mar.

3. El raga – el apego

Es la atracción que sentimos por cualquier persona u objeto que nos produce goce o felicidad. Es natural que disfrutemos de las cosas que nos generan placer (físico, emocional o mental). Este gozo se convierte en obstáculo si no somos conscientes de nuestra Verdadera Naturaleza. Es decir, que mientras la ignorancia, raíz principal del sufrimiento, nos mueva, la atracción nos llevará a pensar que lo placentero, la felicidad ordinaria y efímera, es la verdadera felicidad. El apego nos lleva a creer que la felicidad está en el mundo exterior, que es engañoso y conduce al sufrimiento.

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4. El dvesha – la aversión

El dvesha es la repulsión que se siente por una persona u objeto y que nos produce dolor o infelicidad. La repulsión y la atracción son dos caras de una misma moneda. Las dos dirigen el ser en el mundo externo y mantienen la ilusión de que podemos alcanzar la felicidad cuando rechazamos lo que nos produce sufrimiento y abrazamos lo que nos da placer.  El dvesha es solo raga (apego) en negativo y gobierna la mayor parte de nuestras vidas, condicionándonos consciente o inconscientemente.  Es el caldo de cultivo de nuestros deseos mundanos.

La repulsión nos ata porque es la expresión de una fuerza desagradable que conecta dos elementos que se repelen. Estamos más atados a una persona por la que llegamos a sentir odio que por una que nos es indiferente.

5. El abhinivesha – amor a la vida (miedo a la muerte)

El abhinivesha podemos traducirlo como “siento tanto apego por esta existencia que no quiero morir”. Amar la vida y no querer desaparecer del mundo forma parte de nuestra humanidad.

Sin embargo, deberíamos ser cada día más concientes que nuestro paso por el mundo terrenal, es temporal.  Acá estamos el tiempo que necesitamos para cumplir nuestro próposito de vida, nuestra misión. 

Es posible también que le tengamos miedo a la muerte porque la hemos experimentado antes.

Si trascendemos nuestra mente,  que sabe que va a morir y se apega a la vida para no desaparecer entonces podríamos aceptar la muerte como algo realmente natural y sin dolor.

Tenemos a la mano una herramienta poderosa que es nuestro sadhana (práctica espiritual diaria) podemos aprender a controlar esas causas de sufrimiento.  Un poco de meditación, el encuentro diario conmigo mismo y con Dios, y vivir intensamente, aquí y ahora, en tiempo presente nos acerca a la felicidad.