El universo tiene mucho que ofrecerte

Los seres humanos solemos enfocarnos en lo que nos falta y perdemos de vista todo lo que tenemos.  Hemos llegado a tal punto, nuestro deseo se convierte fácilmente en codicia. Por eso quiero recomendarte que tengas presente que el universo tiene mucho que ofrecerte, es sabio y te entrega lo que necesitas, en las dosis adecuadas. Agradece lo que tienes y lo que quieres llegará en el momento oportuno.

Te voy a contar una de mis vivencias.  Por cosas de Dios, del destino, como lo quieras llamar, en un instante mi vida tuvo un cambio radical.  De un día para otro deje la ciudad donde viví mis más de 50 años y me trasladé a una más pequeña, a la que solo visitaba de vez, en algunas vacaciones.

Un día, a principio de año, recibí una llamada de alguien que quería saber cómo funcionaba el tema de comunicaciones en la entidad estatal donde había trabajado cerca de 20 años.  Atendí a la persona que me llamó y sin misterio le expliqué cómo se hacían las cosas en allí, cuáles habían sido, para mí, los aciertos y cuáles los desaciertos.

De esa conversación resultó una propuesta de trabajo, que realmente me sorprendió.  Me tomé unos días para analizarlo y luego de discutirlo con mi hijo, mi madre y mi padre, acepté.

Esta ha sido una de las decisiones más determinantes que he tomado porque implicó cambio radical de vida: otra ciudad, otro clima, otra cultura, otro entorno laboral, otro estilo de vida. También significó separarme de mis padres, de mi hijo, de mi familia.

Abrí mi mente, mi cuerpo, mi corazón, mi alma a todo lo nuevo y mi energía se conectó con la nueva vida. Y todo ha ido fluyendo como tiene que ser.

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Y dentro de todas las cosas maravillosas que me han sucedido desde que llegué, les voy a contar una historia de esas que te evidencian que el universo tiene mucho que ofrecerte.

Resulta que un día salí a trabajar y vi que tenía en mi poder un billete de 50 mil pesos.  Esta denominación es muy alta para pagar un pasaje en bus.  Entonces comencé a buscar a alguien que me cambiara el billete por menuda.  Pero no encontré.  Entonces salí de mi casa con la esperanza de encontrar a alguien.  Mi última opción fue el señor del puesto de frutas, cerca al paradero donde todos los días tomo el bus para ir a la oficina.

Cuando llegué le pregunté que si me podía cambiar el billete y él muy dispuesto revisó sus bolsillos para ver qué dinero tenía.  Sin embargo, al momento, me miró y me dijo “No doña, no me alcanza”. 

Resignada seguí mi camino.  Alcancé a dar unos tres pasos cuando me preguntó dónde vivía y yo le respondí.  Entonces, mientras sacaba un billete, del fajo que tenía en el bolsillo de la camisa, me dijo: “Le voy a prestar 5 mil pesos para que pueda irse y en la tarde, cuando regrese a almorzar, me los trae”.  Sorprendida le agradecí y le dije que era un ángel.

No lo podía creer.  Ese hombre, un desconocido hasta ese momento se solidarizó conmigo y me hizo un gran favor.  Para mí fue sorprendente y muy gratificante. Entonces agradecí a Dios por ese ángel que había puesto en mi camino y entendí el significado de la frase con la que comienzo este artículo: “el universo tiene mucho que ofrecerte”.

El Universo es generoso.  Toma tu puesto.  Toma tu lugar en el amor universal.  Vuelve a tu corazón.  Lo que brindes, bríndalo de corazón y el universo te responderá con generosidad.