Rapeando se vive

A lo largo de nuestra vida, nos encontramos con un sinnúmero de personas que pasan desapercibidas.  A veces nos detenemos un instante y encontramos en ese ser algo diferente, algo que nos llama la atención.  Con Kevin, rapeando se vive.

Eso me ocurrió una tarde en Medellín cuando me dirigía a encontrarme con una amiga. Estaba en un bus de Envigado, de una ruta en la cual se suben muchas personas a vender cosas, a cantar o simplemente a pedir plata.  Eso no es raro, por lo tanto se convierte en un elemento más del paisaje.

Esta vez, se subió un joven.  De estatura media, de gorra, con su morral en la espalda y un bafle mediano en su brazo izquierdo.  A diferencia de la mayoría, Kevin Arley Suceba Builes no saludó, sino que tan pronto se subió al bus, comenzó a “rapear”. El rap es un género musical, muy usado por los jóvenes de Medellín para expresar lo que piensan, lo que sienten y para conseguirse uno que otro peso.

Kevin tiene 21 años.  Ya terminó la secundaria, pero no continuó sus estudios superiores por falta de dinero y de interés, también, porque posibilidades para prepararse, tiene algunas.  En lo que si ha sido avanzado es en ser padre.  Tiene dos hijos una niña de dos años y un niño de unos 4 meses.

Estuvo trabajando varios meses como ayudante de obra en una empresa constructora. Pero desde noviembre quedó cesante.  Entonces, como alternativa se dedicó al rap, a pesar de que nunca había cantado.  Un amigo le enseñó y con la práctica diaria perdió la pena y el miedo.

Apenas hablé con Kevin, 5 minutos, el tiempo que duró el recorrido hasta el lugar dónde él se bajó del bus. Casi no alcanzo a tomarle la foto. Pero este encuentro me dejó dos lecciones: este chico pudo haberse quedando esperando un nuevo trabajo y no lo hizo.  Decidió buscar otra alternativa que hoy le permite sobrevivir a él y a su familia.

La segunda lección es que la vida es como el rap: te preparas para desarrollar tu talento, te lanzas a crear y a hacer lo que te corresponde y cuando tienes que improvisar lo haces de manera inteligente y con un propósito claro: dejar te sello propio.

Con Kevin, rapeando se vive, entrevista completa.