Al 2022, gracias

Si bien hoy es un día como cualquiera para muchas personas, por costumbre, creencias o porque socialmente está establecido, el 31 de diciembre tiene una connotación especial.  Es un día en el que nos reunimos en familia y/o con amigos para compartir una cena especial y divertirnos. Y hoy le quiero decir al 2022, gracias.

Algunos viven esta fecha con tristeza o un poco de desesperanza.  Otros la celebran con entusiasmo.  Hay quienes lo asumen con indiferencia.  Te confieso que yo he vivido años nuevos felices, tristes y con muchas otras emociones.

Este 2022, fue muy particular.  Por momentos sentí que no fue un año especial.  Sin embargo, anoche haciendo un balance de lo vivido en estos últimos 365 días, encontré muchos motivos para agradecer.

En lo profesional

Realicé mi primer documental: Crónica de un camino a la esperanza, dedicado al municipio de Caicedo y a dos personajes que pasarán a la historia por buscar alternativas no violentas para salir del conflicto armado en Colombia: Gilberto Echeverri Mejía y Guillermo Gaviria Correa.  Gracias infinitas al universo por poner en mi camino a tantas personas maravillosas que pusieron su granito de arena para hacer posible este sueño.

 

En Caicedo con Jhonathan

Por primera vez en mucho tiempo dejé de ser contratista de la Alcaldía de Medellín.  Allí fui comunicadora en diferentes dependencias y diversas áreas, por más de 20 años. Estuve vinculada y fui contratista hasta el 29 de junio de este año.  Seguramente estarás pensando que tú en mi lugar no sentirías tranquilidad. 

Pues fíjate gracias a que ya no estoy en la Alcaldía he podido dedicarme a Heterodiversa, un proyecto que tenía pendiente desde hace muchos años y que había aplazado por miedo a salir de mi zona de confort.  Por fortuna he contado con el apoyo de un gran amigo, que me motiva a seguir adelante y con el que sigo aprendiendo.

En el 2021 sembré este proyecto, pero este año sus raíces se consolidaron y ya va proyectándose hacia el cielo para convertirse en un frondoso árbol de contenidos sobre bienestar y transformación del ser, a través de la aceptación, la espiritualidad y el amor. Ya  veo llegar muchas bendiciones para Heterodiversa en el 2023.
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En lo personal

Tuve un crecimiento maravilloso.  Este año sentí más fuerte mi responsabilidad de acompañamiento a mis padres octogenarios.  Mi papá tiene 89 añitos y sufre de Alzheimer y mi mamá con 85, está mejor de salud pero es muy llevada de su parecer.  A veces se mete en la cocina y es un peligro porque casi todo se le cae.  O se va para la habitación y se sube en un banquito a sacar cosas de la parte alta del closet. Entonces tengo que estar pendiente de ella todo el tiempo.

Hacerme cargo de la casa, cocinar, atender a mis viejos y trabajar fue todo un reto.  Al principio, muy duro.  Pero al final lo logré y como el universo es perfecto, desde octubre nos acompaña una empleada.

Este año también fue muy importante porque mi hijo se graduó como Administrador de Negocios Internacionales.  Un compromiso que se enredó con la pandemia y que por fin se cumplió el pasado 9 de diciembre.

En el 2022 tuve dos encuentros maravillosos y emotivos.  El primero en julio, cuando viajé a Montería para celebrar el cumpleaños de Lina María mi artista favorita.  Estar allí y compartir con mi familia costeña fue memorable.  El segundo encuentro fue en septiembre, con mis amigas de universidad.  Nos lo debíamos desde hace mucho tiempo y finalmente nos regalamos un fin de semana inolvidable en Medellín.

 

En el Palacio Nacional disfrutando nuestro encuentro

 

Por supuesto no puedo dejar pasar a mis amigas de adolescencia, con quienes comparto momentos maravillosos.  Siempre que nos vemos nos divertimos.  Nuestros encuentos son espacios de terapia que reconfortan y nos recargan de energía para continuar el camino.  Gracias a todas ellas.

Y por supuesto tengo que agradecer mi maravilloso viaje a Argentina.  Mi estadía en Buenos Aires, teniendo los mejores anfitriones del mundo es un lujo que pocos podemos darnos.  Y el retiro de Yoga en Necochea, me permitió conocer a mi maestro de Yoga y a dos maravillosas mujeres que se quedaron en mi corazón.

 

Cenando en Necochea

De salud, gracias a Dios estuve perfecta.  Una gripa fuerte a mitad de año, no se si fue Covid porque las EPS ya no hacen pruebas.  Eso sí me cuidé y cuidé de no contagiar mi entorno familiar.

 

Este año también fue afortunado porque tuve la compañía permanente, el amor incondicional y la lealtad de mis hermosas Katy y Martina.  Ellas me alegran la vida.