Leyendo en voz alta
Las colectivas Las Hijas de Débora y El Derecho a No Obedecer, realizaron las jornadas Leyendo en voz alta, para dar a conocer uno de los tomos del informe final de la Comisión de la Verdad. Se trata de Mi cuerpo es la verdad, que lee cada jueves en un lugar simbólico de la ciudad.
Como periodista me es imposible abstraerme de mi entorno social. Por eso decidí acompañarlas a una de sus jornadas.
Es importante recordar que Colombia es uno de los 5 países más biodiversos del mundo. Con una ubicación geográficamente estratégica en el centro de América y con una población superior a los 50 millones de habitantes.
Es una nación martirizada por la crudeza de un conflicto armado que ha dejado cerca de 9 millones de víctimas, la mayoría de ellas, civiles.
Sigo creyendo que lo mejor que le pudo pasar a mi país fue que el Estado colombiano y las Farc se hubieran sentado para dialogar, discutir, concertar y firmar un acuerdo de paz en 2016. Este fue tan solo un primer paso en el largo y pesado camino que Colombia debe recorrer para consolidar la anhelada paz.
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Un compromiso del Acuerdo de Paz
“Hay futuro si hay verdad” fue una de las premisas que soportó el Acuerdo de Paz y por eso se creó la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición. Este es un organismo extrajudicial y temporal, encargado de recoger los testimonios de víctimas y victimarios.
En los cuatro años de su existencia, la comisión realizó cerca de 14.000 entrevistas y estableció conversaciones con más de 30.000 personas de todos los sectores sociales, regiones, identidades étnicas, experiencias de vida, creencias…
Adicionalmente, se recibieron más de 1.000 informes de instituciones públicas, privadas y de organizaciones y movimientos sociales. La Comisión entregó la información en 23 tomos que recogen voces, historias y verdades de quienes fueron víctimas y victimarios del conflicto armado en Colombia.
Una de las tareas que nos quedan como sociedad es conocer este informe. Y así como la Comisión de la Verdad, organizaciones sociales, universidades, organismos gubernamentales, entre otras instituciones, han creado espacios de lectura y discusión para dar a conocer esa valiosa información, como periodista también sentí el deber de acompañar este proceso.