Descubriendo las identidades LGBTIQ+

En un mundo que durante siglos clasificó la sexualidad y el género de manera binaria: hombre o mujer, heterosexual u homosexual, encontrar que la realidad es mucho más compleja y diversa, puede ser impactante. El espectro LGBTIQ+ nos invita a comprender que la identidad humana se expresa de diferentes maneras. En este artículo abordaremos las formas actuales de identidad sexual y de género, con la claridad y el respeto que merecen. Descubriendo las identidades LGBTIQ+.

¿Qué significa cada letra en LGBTIQ+?

La sigla LGBTIQ+ representa un movimiento que busca visibilizar y defender los derechos de personas cuyas orientaciones sexuales e identidades están por fuera de lo que hoy se reconoce como heteronormativa y cisnormativa. Comencemos.

  • Lesbianas y gays: Las lesbianas son mujeres que se sienten emocional y sexualmente atraídas por otras mujeres. Por su parte, los gays, son hombres que experimentan esa misma atracción hacia otros hombres. Para muchas personas en estas comunidades, su identidad también es una expresión política y colectiva de resistencia.
  • Bisexuales: Estas personas sienten atracción emocional y sexual hacia otras personas de su mismo género o del contrario. Le apuestan a la idea de que la atracción no tiene un único destino. Quien se reconoce como bisexual puede enamorarse de un hombre hoy y de una mujer mañana, sin que eso cuestione la autenticidad sus sentimientos.
  • Trans, travestis y transgéneros: Bajo el término «trans» se ecuentran personas cuya identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer. Algunas de ellas se someten a procesos de transición (médicos, legales, sociales…), mientras que otras no. Lo fundamental es que su identidad de género es válida, merece respeto y protección legal.
  • Intersexual: La intersexualidad es una forma de diversidad corporal. Las personas intersex nacen con variaciones en sus características sexuales (genitales, cromosomas u hormonas) que no encajan en las definiciones promedio de masculino o femenino.
  • Queer: es una persona cuya expresión de género, orientación sexual o ambas trascienden las categorías convencionales. Para algunos, «queer» representa una postura política y una rechazo a las etiquetas restrictivas.
  • El +: Ese pequeño pero significativo símbolo reconoce que existen más identidades y orientaciones que las aquí mencionadas. Esto noslleva a tener presente que la diversidad humana siempre nos sorprenderá con nuevas formas de vivir y expresarse.
La atracción sin fronteras de género

Alrededor de este tema surgen otro términos. La pansexualidad, por ejemplo, emerge como una de las orientaciones que más desafía nuestras comprensiones tradicionales de la atracción. Una persona pansexual siente atracción erótica o afectiva por otras personas, independientemente de su sexo biológico, identidad de género u orientación sexual. El prefijo «pan» significa «todo» en griego antiguo, pero esto no implica que los pansexuales se sienta atraídos por todos; significa que el género no es una barrera para su capacidad de amar.

Consideremos un ejemplo: Marcos es un hombre que ama a las personas, no a un género en particular. Ha estado en relaciones con mujeres, con hombres y también con una persona no binaria. Cuando describe su experiencia, dice que lo que lo atrae es la esencia de la otra persona: su humor, su inteligencia, su calidez. El género simplemente no es el factor determinante. Para él, la pansexualidad es libertad.

Aunque frecuentemente se confunde con la bisexualidad, la distinción es sutil pero importante. Mientras que una persona bisexual puede sentirse atraída por múltiples géneros (siendo el género aún un factor en la ecuación), una persona pansexual trasciende completamente esa limitación.

Cuando la atracción sexual no es el camino

La asexualidad ha sido una de las orientaciones más invisibilizadas, frecuentemente malinterpretada como represión, falta de libido o incluso como una disfunción. Nada más lejos de la realidad. La asexualidad es una orientación sexual legítima, caracterizada por la ausencia persistente de atracción sexual hacia otras personas.

Lo crucial aquí es una distinción que muchos desconocen: la asexualidad no es lo mismo que la ausencia de deseo romántico. Una persona asexual puede ser profundamente romántica. Puede enamorarse, desear construir una relación íntima, compartir vida con alguien, todo sin necesidad de que la intimidad sexual sea parte de esa ecuación.

Por ejemplo, Elena es una mujer de 42 años que se identifica como asexual heterorromántica. Ha estado casada por ocho años con su esposo, a quien ama profundamente. Mientras él experimenta atracción sexual, ella no. Lo que los une son las conversaciones nocturnas, las risas compartidas, la complicidad. Para la pareja funciona porque existe comunicación honesta y respeto mutuo.

Es importante aclarar: las personas asexuales pueden excitarse fisiológicamente, pueden masturbarse, algunas incluso pueden participar en actividades sexuales por razones diversas (complacer a una pareja, deseo de tener hijos). Lo que las define no es la conducta, sino la ausencia de atracción sexual como impulso persistente.

Lee también La mujer que desafió las normas a través de la literatura erótica

Identidades en intersección

Las personas asexuales experimentan una rica variedad de orientaciones románticas que revelan la complejidad de nuestros vínculos emocionales:

  • Asexual heterorromántico: Se siente atraído románticamente por personas del género opuesto, pero carece de atracción sexual.
  • Asexual homorromántico: Experimenta atracción romántica hacia personas del mismo género, sin atracción sexual.
  • Asexual birromántico: Puede enamorarse de personas de múltiples géneros.
  • Asexual panrromántico: Su potencial romántico trasciende completamente el género.
  • Asexual arromántico: No busca ni experimenta atracción romántica, construyendo conexiones profundas a través de la amistad y la compañía mutua.
Cuando el corazón abre las puertas del deseo

Existe un espacio intermedio entre la sexualidad convencional y la asexualidad, un territorio donde la atracción sexual emerge únicamente después de forjar una conexión emocional profunda. Este es el mundo de las personas demisexuales.

¿Qué significa en la práctica? Una persona demisexual no se siente atraída por alguien por su apariencia física en un primer encuentro. La química inicial no existe. Pero cuando comienza a conocer a alguien más profundamente, cuando se construye confianza y vulnerabilidad compartida, entonces surge la atracción sexual, potente y genuina.

Pongamos un ejemplo: David ve a personas atractivas en su entorno cotidiano, pero no experimenta ningún deseo. Sin embargo, conoce a una compañera de trabajo tras compartir proyectos durante meses, conversaciones significativas, momentos vulnerables. Gradualmente, conforme la conoce, descubre que la desea, que su corazón se acelera en su presencia. Para David, la intimidad emocional es la puerta que abre la puerta de la atracción sexual.

Otras identidades que enriquecen el espectro
  • Grisexual: Personas que experimentan una baja frecuencia de atracción sexual, o bien atracción solo bajo circunstancias específicas. Viven en tonalidades grises, no en el blanco o negro.
  • Skoliosexual: Personas atraídas únicamente por individuos cuya identidad de género no es binaria —personas transgénero, genderqueer o fluidas en género.
El 8 de noviembre: Día de la Solidaridad Intersexual

Cada 8 de noviembre, el mundo conmemora el Día de la Solidaridad Intersexual para reconocer a las personas que se identifican con este géner y renovar su compromiso con la justicia y la dignidad de esta comunidad frecuentemente marginada.

Esta conmemoración nace del recuerdo de Adélaïde Herculine Barbin (1838-1868), una persona intersexual francesa cuya vida se convirtió en símbolo de los desafíos que enfrentan quienes nacen con cuerpos que desafían las categorías binarias. Educada como mujer desde su nacimiento, a los 22 años un examen médico llevó a las autoridades a «reasignarla» como varón. Fue obligada a cambiar su nombre por uno masculino, a abandonar su profesión de maestra y su vida como la vivía.

La sociedad de su época no estaba preparada para comprender la intersexualidad. Los periódicos la catalogaron de «monstruo»; fue humillada, desplazada, expulsada de espacios que había habitado. A los 30 años, incapaz de soportar el rechazo y la incomprensión, Herculine se suicidó. Su historia, aunque trágica, ha permanecido en la memoria de activistas intersex porqué para ellas lo que importa es la solidaridad, el respeto y el reconocimiento social y legal de todas las personas.

Realidad intersex: derechos y desafíos

La intersexualidad representa aproximadamente el 1.7% de la población mundial, cifra similar a la prevalencia de personas pelirrojas. A pesar de su frecuencia, el vacío legal y de derechos es abismal.

Muchas personas intersex fueron sometidas en la infancia a procedimientos quirúrgicos y médicos destinados a «normalizar» sus cuerpos, sin consentimiento informado, provocando traumas físicos y emocionales duraderos.

Un análisis global realizado por ILGA Mundo reveló que existe una «escasez llamativa de protección legal del derecho a la integridad corporal y la autonomía de las personas intersexuales en el mundo». De los 193 Estados miembros de la ONU, únicamente 34 países han avanzado en legislación que proteja específicamente los derechos intersex.

En abril de 2024, ocurrió un hito histórico: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó la primera resolución de su historia que abordaba específicamente la discriminación y la violencia contra personas intersex. La resolución insta a los Estados a trabajar por el más alto nivel de salud física y mental para esta comunidad.

Las personas intersex a menudo viven en un espacio de invisibilidad forzada, acalladas por la vergüenza impuesta socialmente y por instituciones que actúan sin su consentimiento sobre sus cuerpos. En palabras de defensores de derechos humanos: «Las personas intersex son humanas, igual que tú. Y como humanos, merecemos derechos humanos».

Celebrando la diversidad que nos humaniza

Recorrer el espectro LGBTIQ+ es comprender algo fundamental: la diversidad no es una excepción o una desviación. Es la expresión genuina de complejidad de la experiencia humana. Cada persona asexual que honra su verdad sin culpa, cada pansexual que ama más allá de fronteras de género, cada persona intersex que reclama dignidad sobre su propio cuerpo, cada identidad que emerge en resistencia a las categorías restrictivas, es un acto de libertad.

En heterodiversa.com creemos que comprender estas identidades no es un ejercicio académico. Es un acto de empatía, un reconocimiento de que la humanidad en su plenitud incluye todas estas formas de ser, amar y existir. Cuando lo comprendemos, cuando dejamos espacio para que otros sean quiénes son sin amenaza, creamos comunidades donde la vida puede expresarse en libertad.

Lee también Oscar Wilde: genio, poder y autodestrucción

Hoy 8 de noviembre te invito a refexionar sobre cómo honrar la dignidad de cada persona, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Las respuestas comienzan con escucha, continúan con respeto, y culminan en acción solidaria.

La diversidad no es algo que deba tolerarse. Es algo que debe protegerse y defenderse como el derecho fundamental que es. Porque cuando todas las personas pueden ser plenamente quiénes son, la humanidad se beneficia. Descubriendo las identidades LGBTIQ+.