Made in prison, una idea liberadora que surge de la tragedia
Podcast Made in prison. Entrevista completa a Juliana Zuluaga
Esta es la historia de dos hermanas que siendo muy jóvenes tuvieron que enfrentarse a una realidad dolorosa que les cambió la vida. A partir de lo que vivieron, crearon Made in prison, una idea liberadora que surge de la tragedia.
Cuenta la leyenda que Fénix era un ave que vivía en el paraíso, junto con Adán y Eva. Cuando la pareja fue expulsada del Edén por haber comido el fruto prohibido. Para custodiar el paraiso fue encargado un ángel que portaba una espada de fuego.
Motivado por el amor y la lealtad a Adán y Eva, el ave Fénix intentó impedir que las puertas del paraiso se cerraran definitivamente. Entonces, una chispa de la espada del guardián saltó a su hermoso plumaje que se encendió y terminó en cenizas.
Quizá como recompensa porque se negó a comer el fruto prohibido; o quizás porque su acto de valentía no podía terminar en una muerte tan dolorosa, los ángeles le concedieron el don de sanar sus heridas y vivir eternamente.
Según la leyenda, cuando le llegaba la hora de morir, el ave Fénix hacía un nido y ponía en él, un único huevo. Después de empollarlo durante algunos días, una noche, el ave Fénix ardía espontáneamente, quemándose por completo y reduciéndose a cenizas. Al amanecer, el huevo se rompía, dando paso al ave Fénix. El mismo, siempre único y eterno, más joven y fuerte. Cada vez más sabio porque tenía la virtud de recordar lo aprendido en su vida anterior.
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Una leyenda que experimentaron Sara y Juliana
De alguna manera, los seres humanos revivimos leyenda del ave Fénix. Sara y Juliana Zuluaga, por ejemplo, experimentaron el infortunio cuando su padre fue a parar a la cárcel. Sin embargo, todo lo que vivieron fue para ellas un proceso aprendizaje que cambió sus vidas.
A partir de su historia, Sara y Juliana crearon la fundación Made in prison, una idea liberadora que surge de la tragedia. A través de ella, apoyan a población privada de la libertad a través de la comercialización de productos hechos en la cárcel. También acompañan a las familias con orientación jurídica y promueven estrategias de prevención del delito, en organizaciones sociales e instituciones educativas.
El padre de Sara y Juliana cometió un delito y lo pagó con 5 años de detención intramural. Hoy es libre y busca trabajo, una tarea bastante compleja porque haber estado en la cárcel, es imperdonable en nuestra sociedad. Mientras logra ubicarse laboralmente, sus hijas lo siguen apoyando.
Sara y Juliana tienen muchos proyectos para su fundación y esperan fortalecerse para crecer y apoyar a más internos.
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Podcast Made in prison. Entrevista completa a Juliana Zuluaga