Fluir con lo que corresponde
Cada día me convenzo más de que cuando estamos conectados con Dios, Nuestro Ser Superior, el Universo, o como lo quieras llamar, vamos entendiendo los mensajes que nos envían para fluir con la vida. Lo importante es estar despierta(o), conectada(o) con tu presente, atenta(o) a lo que dice tu corazón. Eso nos ayuda a fluir con lo que corresponde.
Lo primero que debes tener presente es que tu vida es el resultado de las decisiones que has tomado y, sobre todo, de las intenciones con las cuales las has tomado.
Toda la sabiduría está en nosotros. A veces encontramos guías que nos ayudan a comprender nuestro plan divino, a entender para qué estamos aquí. Pero no nos dicen qué hacer. También nos orientan para despejar dudas, nos protegen, pero el poder está en nosotros, en nuestras decisiones e intenciones.
Los Ángeles, por ejemplo, son excelentes compañeros. Según María Elvira Pombo, reconocida terapeuta asistida por los Ángeles, ellos son una especie de junta directiva compuesta por expertos de diferentes áreas, que nos ayudan a desarrollar un plan estratégico a través del cual tomamos decisiones para fluir en la vida y cumplir nuestros sueños. Nos acompañan y respetan el libre albedrío que nos fue entregado desde antes de nacer”.
La diferencia entre los Ángeles y los guías espirituales es que los primeros no han tenido vida terrenal. Los segundos, pueden son seres queridos fallecidos,que también pueden acompañarnos y enviarnos mensajes de orientación o respuesta.
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Todo comienza en nuestra intención
Más que la acción lo más importante a la hora de tomar una decisión es la intención que te lleva a actuar. Una misma acción con dos intenciones distintas, tiene resultados diferentes.
Recordemos que el amor y el miedo rigen nuestra vida y son los extremos de una misma línea. Las emociones ligadas al amor son alegría, tranquilidad, entusiasmo, motivación, bienestar; y las que provienen del miedo son rabia, angustia, tristeza, celos, envidia. Cuando vas a tomar una decisión debes tener claro si tu intención viene desde el amor o desde el miedo.
Cuando tomas una decisión desde el amor, el resultado, siempre, siempre, siempre, es un bienestar aunque no necesariamente sea lo que tu deseas.
Cuando tomas una decisión desde el miedo, el resultado, siempre, siempre, siempre, es un aprendizaje. Puede ser doloroso pero te invita a hacer un cambio que termina siendo una liberación, un bienestar. Esto también te ayuda a fluir con lo que corresponde.
¿Cómo saber dónde está tu intención?
Cuando tengas que tomar una decisión, hazlo en momentos de calma Tómate tu espacio, medita, llama a tus Ángeles, al Arcángel con el que estás resonando en ese momento. Cierra tus ojos. Respira profundo y pregúntate: Si NO tuviera miedo, ¿qué haría? Y la respuesta te llega directa y clara. Pide guía para seguir esa respuesta, empieza a moverte y para que tomes decisiones coherentes con el sentir de tu alma.
Aquí, un ejemplo. Si no tuviera miedo ¿qué haría con respecto a mi trabajo? Respuesta: cambiaría de trabajo. Obviamente no significa que vas a renunciar inmediatamente. Solo vas a tomar conciencia de que debes hacer un cambio y puedes empezar a pedir la guía para hacerlo. Al ser coherente con la respuesta, tu energía va a cambiar y tu entorno va a moverse.
Si la respuesta es: “no tengo ni idea”, eso quiere decir que todavía no es el momento de tomar una decisión. Pregúntate otra vez al día siguiente o tómate unos días más para pensarlo o pide señales. Todo está perfectamente sincronizado para darse en el momento perfecto. Y te llegarán pistas.
El poder y el resultado de nuestras decisiones está en nosotros mismos, en nuestra intención, no en lo que vamos a hacer. La respuesta habla de los deseos de tu alma. Esto también te ayuda a fluir con lo que corresponde.
Pero si lo que quieres es escapar del trabajo, con miedo o con rabia lo más probable es que te lleve a un aprendizaje. Si lo haces con entusiasmo, confianza, certeza, tu destino será bienestar. Pregúntate siempre desde dónde estás actuando, porque la intención define tu resultado. Tenlo siempre presente.
Que el miedo no te paralice
El miedo puede jodernos la vida porque nos paraliza, hace que seamos incapaces de tomar decisiones, nos frena. Muchas veces preferimos quedarnos en la zona de “confort” aunque eso implique no avanzar.
Cuando estés en medio de un dolor, pregúntate, de qué te estás liberando. Nada que te produzca bienestar sale de tu vida. Si algo se va de tu vida es porque ya no te hacía feliz y enfrentar esa situación también te ayuda a liberarte de los apegos que causan sufrimiento.
Ante una situación compleja, empieza a decir: “está bien, si esto salió en mi vida, es porque no me hacía feliz. Agradezco el aprendizaje que me dejó. Libero el apego que no me hace feliz y me abro al siguiente paso de algo que me conecte con la felicidad”.
Cuando comienzas a ver todo desde el principio del amor, entendiendo que todo lo que te ocurre es para tu aprendizaje, comienzas a vibrar más cerca del amor que desde el miedo.
Ten presente que los aprendizajes no se acaban. Siempre están ahí para ayudarte a avanzar en tu evolución. No tienes que hacerlo en soledad. Puedes recibir guía, orientación para dar cada paso sin temor, con confianza, con amor. Esto te ayuda a fluir con lo que corresponde.