El primer paso para cultivar un bienestar duradero
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Probablemente hayas percibido cómo un gran disgusto te hace sentir tan mal o un ataque de nervios o de ansiedad te revuelve en el estómago. Pero ¿Qué tiene que ver esa emoción con lo que siente tu cuerpo? Fíjate que esto se debe a que existe una relación directa entre lo que sentimos y nuestros sistemas nervioso, inmune y endocrino. Por eso, lo que pensamos y sentimos afectan nuestro cuerpo y nuestra salud. Te invito a revisar cómo te estás sintiendo y dar el primer paso para cultivar un bienestar duradero.
El estrés no es el problema
La psiconeuroinmunología es una disciplina científica que estudia la relación directa entre el cerebro (mente, emoción y comportamiento) y los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino. Esta disciplina demuestra que estos sistemas están profundamente interconectados en un flujo constante de información. En términos sencillos, la PNI investiga cómo nuestros pensamientos y emociones influyen directamente en la salud física.
A través de la psiconeuroinmunología, podemos entender que las emociones se traducen en un lenguaje bioquímico y neurológico que afecta directamente a nuestra salud. Para comprender esta interconexión, imagina que tu cuerpo es una orquesta sinfónica. Cada sistema biológico (nervioso, digestivo, circulatorio…) es una sección de instrumentos (vientos, cuerdas…). Entonces la salud integral es la pieza musical que se escucha en completa armonía. En esta analogía, la batuta son nuestros pensamientos, emociones y estilo de vida. Y la psiconeuroinmunología, es la directora de la orquesta. Ella se encarga de que todos los instrumentos se coordinen y toquen en el momento que corresponde.
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Cuando todo está en armonía, el cuerpo funciona con fluidez y resiliencia. En cambio, cuando aparece el estrés crónico, es como si una sección de la orquesta empezaran a tocar a destiempo o desafinados, afectando la melodía.
Esto nos muestra que el verdadero problema no es el estrés en sí mismo, sino el tiempo que dura la reacción del cuerpo ante este estímulo. Es como si dejáramos un «interruptor» encendido indefinidamente. Ante una emoción, al cuerpo se prepara para la acción. Esto aumenta el estado de alerta y redistribuye su energía hacia el cerebro, el corazón y los músculos. Esto es similar al proceso que sufre el auto cuando lo llevamos de una velocidad 60 km/h a una de 200 km/h.
Entonces, el estrés prolongado es una fuerza destructiva que debilita el sistema inmune, haciéndonos más susceptibles ante enfermedades. Además, provoca inflamación crónica de nuestros órganos y aumenta nuestra presión arterial, entre otras reacciones.
Relación estómago – cerebro
Un asunto revelado por la psiconeuroinmunología es la relación directa entre el estómago y el cerebro. Resulta que las investigaciones han demostrado que la microbiota intestinal, esa comunidad de microorganismos que habita en el estómago y los intestinos, desempeña un papel crucial en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, esenciales para regular nuestro estado de ánimo.
Cuando nuestra dieta es rica en azúcares y ultraprocesados, se puede generar un desequilibrio en la microbiota, conocido como disbiosis intestinal. Este desequilibrio puede provocar una inflamación silenciosa y de bajo grado en todo el organismo que afecta la producción de neurotransmisores y creando un círculo vicioso de malestar: el estrés crónico que afecta al intestino, se produce inflamación y esta impacta al cerebro, empeorando el estado de ánimo, la concentración, y exacerbando los sentimientos de ansiedad y fatiga.
Esto demuestra que somos, en muchos sentidos, un reflejo de lo que comemos, y que el bienestar emocional está íntimamente ligado a la salud digestiva. El PNI nos brinda el poder de romper este ciclo al abordar la nutrición como un pilar fundamental de la salud mental.
Manos a la obra: primer paso para cultivar un bienestar duradero
Es importante que tengas presente que la psiconeuroinmunología nos ayuda a gestionar y reducir el estrés crónico, a fortalecer la capacidad de defensa del cuerpo y mejorar la función de las células inmunitarias. También ayuda a reducir los niveles de cortisol y promover un estado de bienestar y resiliencia frente a las situaciones difíciles que se nos presentan en la vida.
Es un camino de autoconocimiento y reeducación que nos permite ser los protagonistas de nuestra propia salud. Se trata de incorporar hábitos sostenibles en nuestra vida diaria que nutran este diálogo entre nuestra mente y nuestro cuerpo. Estos son los pilares de la psiconeuroinmunología.
- La nutrición consciente. La alimentación es una de las principales herramientas para regular nuestra salud. No se trata de seguir dietas restrictivas, sino de generar hábitos realistas que reduzcan la inflamación y nutran el cuerpo. Una dieta rica en azúcares y ultraprocesados no solo afecta el peso, sino que puede afectar la concentración, el enfoque mental y el estado de ánimo.
- El movimiento y el contacto con la naturaleza: El ejercicio físico y la actividad al aire libre son poderosos aliados. Un simple paseo bajo el sol aumenta los niveles de energía y vitalidad, ayuda a regular los ritmos circadianos, mejora la calidad del sueño y optimiza el sistema inmune. El movimiento no solo libera la tensión muscular, sino que también reduce el cortisol y aumenta la producción de endorfinas.
- La pausa reparadora: Un sueño de calidad es fundamental para la regulación hormonal y la reparación celular. Además, las prácticas de manejo del estrés son esenciales. Técnicas como la respiración consciente, la meditación, la relajación progresiva de los músculos o el yoga envían un mensaje directo de calma al cerebro, aliviando la ansiedad y la tensión.
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El camino hacia la salud es un proyecto de construcción personal. La enfermedad nos brinda la posibilidad de vernos como los arquitectos responsables de nuestra anatomía. Se trata de revisar qué comemos, cómo nos movemos, si descansamos y cómo logramos equilibrio emocional para convertir nuestra salud en propósito de vida. Te invito a revisar cómo te estás sintiendo y dar el primer paso para cultivar un bienestar duradero.