Arte para el planeta

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Imagina que caminas entre placas Petri iluminadas, escuchas los ecos del viento del desierto de Atacama y percibes cómo criaturas invisibles cuentan historias de resistencia. Así se siente la obra de Sebastián Guzmán, el artista colombiano nos representará en la Bienal de Arte Contemporáneo SACO1.2, en Antofagasta, Chile. Es arte para el planeta.

El recorrido de este artista ha sido tan riguroso como creativo. Con una formación que integra arte, ciencia y tecnología, ha sabido crear un lenguaje visual propio, una poesía visual que pone en el centro la vida en condiciones extremas, el cambio climático y el impacto del extractivismo en América Latina.

Como él mismo lo dice en su cuenta de Instagram @s.guzmandiaz, “la obra nace desde la mirada microscópica y se expande hacia una visión global de nuestros ecosistemas”. Y eso es lo que logra con su arte para el bienestar y el planeta.

En SACO1.2, Sebastián presentará una instalación inmersiva compuesta por un libro de artista y trece dioramas o representaciones tridimensionales de una escena a escala. Cada uno, inspirado en un microorganismo extremófilo —esos seres que sobreviven donde la mayoría no podría— hallado en distintos puntos del desierto de Atacama.

Esos dioramas, con sus fotografías distorsionadas, objetos simbólicos y paisajes sonoros, te sumergen en un universo donde ciencia y ficción se funden con la memoria territorial.

Fíjate qué curioso: uno de los elementos más impactantes de la instalación es el uso de sonidos reales del desierto. El artista grabó viento y los latidos propios del entorno para construir un paisaje sonoro que te envuelve.

Arte, memoria y medicina

Un visitante, contó Sebastián en una entrevista informal, se quedó en silencio frente a uno de los dioramas durante más de quince minutos. “Me recordó a mi abuela, que vivía en una zona minera de Chile. Sentí que el paisaje me hablaba”, le dijo, emocionado. Es ahí donde el arte se vuelve bienestar, memoria y medicina.

Además de ser un paso importante en la carrera del artista, esta participación en la Bienal también significa un reconocimiento al arte colombiano como fuerza crítica, sensible y global. En Molinera, un espacio de 4.600 metros cuadrados, estarán reunidos cerca de 40 artistas de cinco continentes, hasta el 14 de septiembre. Entre ellos estará Sebastián Guzmán con una propuesta estética que invita a la reflexión profunda sobre cómo habitamos el mundo y hacia dónde vamos.

En tiempos de crisis ecológica y desconexión, propuestas nos reconectan con lo esencial: la tierra, los ciclos, lo invisible. Porque el arte, cuando es honesto, también sana.

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¿Te interesa el arte que transforma? Conoce más sobre Sebastián Guzmán y otros creadores emergentes en nuestra sección Seres Extraordinarios, aquí en heterodiversa.com. Porque sí, otro mundo es posible. Y empieza por imaginarlo.