Ángeles: entre la fe, la intuición y la duda
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¿Existen los ángeles? Esa es una de pregunta que ha pasado de generación en generación, en muchas culturas y creencias. Algunos los imaginan con alas blancas y túnicas brillantes; otros los sienten como energía, intuición o guía interna. Lo cierto es que los ángeles, como concepto espiritual y simbólico, han acompañado al ser humano desde tiempos remotos… incluso antes de que se les llamara así. Indaguemos un poco sobre los ángeles: entre la fe, la intuición y la duda.
La palabra “ángel” proviene del griego angelos, que significa «mensajero». En muchas religiones, se les considera intermediarios entre lo divino y lo humano. Son entidades espirituales, invisibles a los ojos físicos, pero, según quienes creen en ellos, perceptibles desde el alma, el corazón e incluso a través de señales sutiles: una pluma blanca, una canción que suena en el momento justo, o una presencia que da calma sin razón aparente.
¿Cuántos tipos de ángeles existen?
Según la tradición judeocristiana, existen jerarquías angelicales. San Dionisio Areopagita, en el siglo VI, las clasificó en nueve coros agrupados en tres esferas: los serafines, querubines y tronos (más cercanos a Dios); dominaciones, virtudes y potestades (que regulan el universo); y principados, arcángeles y ángeles (más cercanos a la humanidad).
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Los arcángeles más conocidos son Miguel, Gabriel y Rafael. Pero otras tradiciones mencionan a Uriel, Metatrón o incluso ángeles femeninos como Haniel. En muchas corrientes espirituales contemporáneas se habla de ángeles protectores, ángeles de la guarda y hasta equipos de ángeles personales que acompañan a cada persona según su propósito de vida.
¿Cada quien tiene un equipo de ángeles a su servicio?
Fíjate que esta idea, puede sonar descabellada para algunos, pero acertada para otros. Según la angelología moderna, una corriente espiritual no necesariamente religiosa, cada persona nace con uno o más ángeles que la acompañan durante su vida. Se dice que estos guías pueden ayudarte a tomar decisiones, protegerte de peligros, o simplemente recordarte que no estás solo(a).
La verdad es que, esta creencia funciona como una forma simbólica de reconectar con tu intuición, con tu parte sabia, amorosa y protectora.
¿Cómo se invocan los ángeles?
Invocar a los ángeles no requiere rituales complejos, aunque hay quienes los disfrutan. La forma más común es a través de la oración, la meditación, o incluso una conversación en voz alta. Algunos recomiendan escribir cartas, encender una vela blanca o pedir ayuda antes de dormir. Lo importante, dicen, es hacerlo con el corazón abierto y la intención clara.
Y aunque parezca curioso, muchas personas aseguran recibir respuestas: una sensación de paz, una coincidencia significativa, una idea que aparece de repente. ¿Casualidad? ¿Autosugestión? ¿Presencia real? Cada quien lo interpreta a su manera.
Un símbolo que trasciende religiones
No todas las doctrinas aceptan la existencia de los ángeles. Algunas corrientes filosóficas los consideran mitos o símbolos culturales. Incluso hay líneas dentro de la espiritualidad que ven con desconfianza a los ángeles, señalándolos como entidades que pueden ser malinterpretadas o, peor aún, manipuladoras si se usan de forma errada.
También están quienes, desde un enfoque racionalista, argumentan que las experiencias angelicales son construcciones psicológicas o necesidades emocionales proyectadas en figuras protectoras.
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Más allá de lo que cada quien crea, lo cierto es que los ángeles siguen vivos en el arte, la literatura, los sueños, los relatos familiares y hasta en las conversaciones cotidianas. Son un puente entre lo visible y lo invisible, entre el deseo de cuidado y la búsqueda de sentido.
Así que, ya sea que los sientas cerca, los llames en silencio o simplemente los veas como parte de la imaginación colectiva, los ángeles siguen cumpliendo su función: recordarnos que no todo lo que importa se ve… pero si se siente. Ángeles: entre la fe, la intuición y la duda.
Y tu, ¿Qué crees?