Para ser feliz tienes que saber…
Entender qué es la felicidad y vivirla es una constante que nos acompaña a lo largo de nuestra existencia. Hay quienes la encuentran fácilmente, a otros se les va la vida buscándola y algunos la sienten de manera intermitente. Independientemente de lo que pienses, sientas o hayas experimentado, para ser feliz tienes que saber que todos venimos al mundo con una hoja de ruta que contiene cinco elementos que debes saber utilizar: el destino, la misión, la función, el propósito y la intención.
El destino
Comencemos por el primero. Tu destino es todo lo que vienes a aprender. Es inevitable y está fuera de tu control. O sea que si o si, lo tienes que cumplir. De él hacen parte todas las las experiencias y aprendizajes que se te presentan en la vida y que muchas veces, por dormidos, ni siquiera las identificamos. Todo lo que aprendas en esta existencia pasará a ser parte de tu misión en tu próxima vida.
Todo aquello que resistas, las lecciones que no aprendas seguirán apareciendo en tu vida de muchas maneras. Y si en esta existencia no logras superarlas, pasarán como pendientes de tu destino en tu próxima vida.
La misión
En segundo lugar está la misión, que es todo lo que vienes a enseñar. Es la tarea que sientes que estás llamado a cumplir en tu vida. Puede estar relacionada con objetivos personales, contribuciones a la sociedad o metas espirituales y emocionales. Es todo aquello que sabes hacer y quieres compartir voluntariamente, sin ningún interés especial.
De la misión, hace parte todo tu aprendizaje proveniente de tu destino en tu vida anterior. Son todos esos conocimientos que tienes y que voluntariamente enseñas.
La función
En tercer lugar está la función. Ésta tiene que ver con el papel o responsabilidad que desempeñas para vivir. Es el ejercicio de tu profesión, tu qué hacer o actividad con la cual generas los recursos para tu sustento. También está relacionada con roles familiares (ama de casa, cuidado de personas mayores, etc), comunitarios o sociales.
En el caso de las amas de casa, su sustento es asumido por su pareja; y para las personas que dedican su vida al cuidado de padres, hermanos o parientes, el soporte económico puede ser asumido por la familia. Con frecuencia estas labores a veces no son valoradas lo suficiente. Es momento de cambiar la percepción sobre las mismas.
El propósito
Este elemento tiene que ver con la razón de ser o la motivación subyacente detrás de las acciones o decisiones que tomas. Es la búsqueda del significado y la dirección de tu vida. Es tu sentido de conexión con algo más grande, un ser o una energía superior que te impulsa que te motiva.
Todos los seres humanos tenemos el mismo propósito: desarrollar tres virtudes. Ella son: servir incondicionalmente, tener paz interior, y ser felices. Si en cada paso que das cumples estas virtudes, estás cumpliendo tu propósito.
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La intención
El último elemento es la intención que no es más que la energía o el enfoque consciente que le imprimes a cada acción de tu existencia. Es el impulso que hay detrás de tus actuaciones y que influye en el resultado final de tus vivencias y experiencias. Es el para qué haces algo. Eso que te lleva dar el paso o a detenerte.
Esta hoja de ruta puede modificarse todo depende de cómo ejecutes cada uno de sus elementos. Venimos al plano terrenal con esa guía y debemos estar atentos a lo que vamos sintiendo y preparados para los imprevistos que como todo viaje se pueden presentar.
Para ser feliz tienes que saber que si aceptas lo que pasa en tu vida, confías en la sabiduría universal, cumples tus compromisos y aprendes las lecciones que te corresponden tu vida fluirá adecuadamente, tranquilamente, amorosamente.