Mitos y significado espiritual de la zarigüeya

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¿Alguna vez te has encontrado, en la noche, con un animal de ojos brillantes que parece una rata gigante que inspira terror? Fíjate que a mi me pasó. Por suerte iba en carro, frené en seco y la dejé pasar. Ese primer encuentro no fue agradable para mi. Sin embargo, después de ese incidente empecé a investigar sobre el que hasta ese día fue un extraño animal para mi y encontré una fascinante historia, cercana a la de los canguros y koalas. Fíjate que en realidad es un vecino silencioso y vital para nuestros ecosistemas. Te invito a conocer mitos y significado espiritual de la zarigüeya.

Lejos de ser una amenaza, este mamífero, conocido también como chucha o fara es un animal extraordinario, con un pasado heroico y un presente incomprendido. Descubre la verdadera naturaleza de este mamífero que merece nuestro respeto y admiración.

Un perfil único: no es roedor

La zarigüeya común, cuyo nombre científico es Didelphis marsupialis, es un mamífero omnívoro que habita en gran parte de Centro y Suramérica. A diferencia de lo que se piensa, no es un roedor, sino un marsupial, pariente lejano de los canguros y los koalas. Su tamaño varía, pudiendo alcanzar hasta los 84 centímetros de longitud en la edad adulta. Tiene un pelaje grueso, negro o gris; una cabeza blanquecina y una nariz rosada. Además, posee una cola prensil, una herramienta vital que le permite trepar con gran agilidad y sujetar objetos con la destreza de una mano. 

Su hábitat es una prueba de su increíble capacidad de adaptación. Aunque habita en zonas silvestres como humedales, bosques y cerca de ríos, es tolerante a los entornos alterados y puede vivir cerca de las viviendas, basureros y zonas verdes urbanas. Este rasgo explica su éxito y presencia en áreas densamente pobladas, como el Valle de Aburrá en Antioquia, Colombia. Sin embargo, esta convivencia no está exenta de riesgos, ya que a menudo genera un conflicto directo con los humanos.

Una vida corta pero fecunda

La zarigüeya es un animal de hábitos nocturnos y una dieta amplia y oportunista. Se alimenta de frutas, hojas, invertebrados como lombrices, escarabajos y saltamontes, y ocasionalmente pequeños vertebrados. Precisamente, esta dieta variada la convierte en un controlador biológico natural, un auténtico héroe del ecosistema. También es dispersora de semillas, contribuyendo a la regeneración de bosques y selvas de montaña. Por eso, protegerla es fundamental para mantener el equilibrio de la naturaleza.  

La reproducción de la zarigüeya es fascinante. Su periodo de gestación es uno de los más cortos del mundo: entre 12 o 13 días. Sus crías nacen diminutas, de apenas 1 centímetro, y se arrastran hasta el marsupio de la madre para completar su desarrollo. Por camada pueden nacer entre 2 y 20 crías. Sin embargo, su esperanza de vida es muy corta, menos de 2 años en estado salvaje. Esto se debe en gran parte a la vulnerabilidad que experimentan en los entornos humanos. La falta de conocimiento, confundirlos con roedores, el maltrato, los ataques de perros y los atropellos son las principales causas de su mortalidad. En muchos casos, su muerte es causada por los seres humanos.

¿Qué tan peligrosa es la zarigüeya?

La creencia de que las zarigüeyas son portadoras de rabia es uno de los mitos más dañinos que existen. Su baja temperatura corporal les confiere una resistencia natural al virus, haciendo que la transmisión sea extremadamente rara. Si bien un caso de rabia en una zarigüeya es posible, es tan poco común que no justifica el pánico o el maltrato. Estos animales no atacan a las personas a menos que se sientan en peligro, y su primera línea de defensa no es la agresión, sino el engaño.  

Si la zarigüeya se siente amenazada, activa un mecanismo de defensa súper efectivo: se “hace la muerta”. Y no es un truco consciente, sino una respuesta involuntaria y catatónica que puede durar desde un minuto hasta 6 horas. Durante este estado, el animal desacelera su ritmo cardíaco, cae con rigidez y secreta orina y heces fecales con un olor desagradable para ahuyentar a los depredadores. Es un acto de supervivencia pasiva, un poderoso recordatorio de que a veces, la mejor manera de ganar una batalla es no luchar.

Su presencia en la historia de la humanidad y su mensaje espiritual

En varias culturas prehispánicas, a la zarigüeya es una benefactora del medio ambiente. Una de sus historias cuenta cómo una zarigüeya robó el fuego de los dioses para entregárselo a la humanidad. En un tiempo en que los humanos sufrían de frío y comían alimentos crudos, el fuego era un tesoro celosamente guardado por los gigantes y jaguares. Muchos humanos que intentaron robarlo murieron en el intento. La zarigüeya, un animal pequeño y menospreciado, se ofreció para la misión. Con astucia, metió su cola en la hoguera y tomó un tizón con el hocico. Aunque fue herida, guardó una brasa ardiente en su marsupio, entregando a los humanos el calor y la luz que tanto necesitaban. Hoy, su cola sin pelo es, en la leyenda, un homenaje a este gran sacrificio.

En el plano espiritual, la zarigüeya es símbolo de renovación y cambio. Su poder no reside en la fuerza, sino en la astucia y la capacidad de sobreponerse a las amenazas. El comportamiento de «hacerse la muerta» nos enseña a «soltar» a «entregarnos» a una situación de crisis para resurgir, ilesos, cuando el peligro ha pasado.

Su capacidad para vivir en ambientes alterados y su asombrosa inmunidad a venenos de serpientes y enfermedades demuestran su sabiduría práctica. Es maestra de la supervivencia y nos enseña cómo prosperar donde otros no pueden. En su rol de madre que carga y protege a sus crías en una bolsa segura, también nos transmite un mensaje de cuidado y guía a los más vulnerables.  

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Un llamado al respeto y la convivencia

La zarigüeya no es ni una plaga ni un animal insignificante. Es un marsupial con una biología única, un héroe mitológico y ecológico, un maestro espiritual de resiliencia. Así que por favor, la próxima vez que te encuentres con una, obsérvala con respeto. No es una plaga ni es peligrosa. Nuestra convivencia es posible; Te invito a conocer mitos y significado espiritual de la zarigüeya . Abre tus ojos y tu mente para ver a este admirable vecino nocturno como un guardián importante de nuestros ecosistemas.