Los manglares: guardianes de la vida costera

Escucha el artículo – Audio producido con IA

En la línea que une la tierra y el mar, crecen unos árboles muy especiales: con raíces entrelazadas para ayudarse a sostener y servir de escudo para controlar la fuerza del agua. Son los manglares: guardianes de la vida costera.

Aunque a simple vista puedan parecer un enredo de ramas, lodo y sal, en realidad son uno de los ecosistemas más poderosos —y también más amenazados— del planeta. Hoy, en su día internacional, vale la pena reflexionar: ¿qué sería del mundo sin ellos?

¿Por qué son vitales?

Los manglares son mucho más que un verde paisaje. Son nuestros pulmones costeros. Ellos captan hasta cinco veces más carbono que los bosques tropicales, ayudando a frenar el cambio climático. Además, actúan como un escudo natural que protege las costas de tormentas, huracanes y la erosión del suelo que produce el mar. Gracias a ellos, se han evitado muchas catástrofes.

Y eso no es todo. Sus raíces sumergidas son cuna para la vida de muchas especies. Allí se viven peces, crustáceos y aves. Los manglares sostienen gran parte de la seguridad alimentaria de millones de personas. También ofrecen madera, medicina natural y turismo ecológico. Realmente son muy especiales. Los manglares son guardianes de la vida costera.

Están desapareciendo

Pero aquí viene una lamentable realidad: a pesar de todos estos beneficios, cada año perdemos manglares a un ritmo alarmante. El descontrolado desarrollo urbanístico costero, la contaminación, la deforestación y, últimamente, el aumento del nivel del mar, están acabando con ellos. Se estima que el mundo ha perdido más del 35% de sus manglares en los últimos 40 años. Una tragedia silenciosa e irremediable.

Colombia, cuenta con más de 289 mil hectáreas de manglar, las costas del Pacífico y el Caribe. La región del Chocó, por ejemplo, es un tesoro verde lleno de biodiversidad. Sin embargo, la amenaza de su desaparición también se sienten allí. La expansión urbana, los cultivos ilícitos, la minería ilegal y la falta de educación ambiental están dejando heridas mortales en estos ecosistemas.

Por suerte, no todo está perdido. En Tumaco, por ejemplo, comunidades afrodescendientes están liderando proyectos de conservación y restauración de los manglares. También hay organizaciones como Fundación MarViva e Invemar, que trabajan con apoyo de la tecnología y la ciencia y el apoyo comunitario para proteger estas zonas.

En Indonesia, que posee el mayor sistema de manglares del planeta, la deforestación fue brutal durante años… hasta que se dieron cuenta del error. Hoy promueven programas de reforestación con participación de las comunidades locales. En México, la Península de Yucatán ha sido centro de proyectos de turismo responsable que ayudan a proteger estos ecosistemas. Y en Mozambique, un país muy vulnerable al cambio climático, los manglares son ahora parte de su estrategia nacional de resiliencia.

Qué podemos hacer para proteger los manglares, guardianes de la vida costera

Puede que no vivas cerca del mar, pero estás más conectado de lo que crees. Al elegir productos sostenibles, apoyar proyectos de conservación, exigir políticas ambientales más fuertes o simplemente compartir información veraz, ya estás haciendo algo. Fíjate: cada acción, por pequeña que parezca, ayuda a que esas raíces sigan firmes, en medio de esta tormenta.

Lee también El río más hermoso del mundo

Los manglares no piden mucho. Solo espacio, respeto… y tiempo. Y si les damos eso, ellos nos devolverán vida, protección y futuro.