Iguanas: adaptación y simbolismo natural

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Hasta hace un par de años las iguanas eran para mi animales lejanos que solo veía en fotografías. Sin embargo, mi paso por Montería en el norte de Colombia me permitió conocerlas y apreciarlas. Sn animales con mucha historia que representan diversidad, adaptación y tranquilidad. Prepárate para conocer a las iguanas: adaptación y simbolismo natural.

Se asemeja a un dragón. Es un ser de piel escamosa, cresta imponente y mirada serena, que parece existir desde el inicio de los tiempos. A menudo la vemos como un rastro de la prehistoria que ha sobrevivido hasta nuestra era. Sin embargo su historia es mucho más profunda.

El fascinante mundo biológico de la iguana

El tamaño de las iguanas varía considerablemente. Los machos, pueden superar los 2 metros de longitud y los 15 kilogramos de peso. Mientras que las hembras, suelen ser más pequeñas. Miden menos de 2 metros y pesan entre 4 y 6 kilos. Fíjate que el macho también desarrolla una papada más prominente y una cresta que recorre su espalda, que utiliza en sus rituales de cortejo.

Sus ojos, son asombrosos. Las iguanas pueden girarlos en direcciones diferentes para minimizar el movimiento del cuerpo y evitar ser detectadas por presas o depredadores. Además cuentan con «tercer ojo» es sensible a la luz, las sombras y el movimiento.

Su piel, también es un «descreste» de la naturaleza. Su color puede cambiar de un verde intenso cuando son jóvenes a un verde oliva o grisáceo en la adultez. Además, su tono es un reflejo directo de su estado de ánimo, salud y, lo más interesante, de la temperatura ambiental. En las mañanas frías, su piel se oscurece para absorber rápidamente el calor del sol, mientras que en las horas de calor se aclara para reflejar los rayos y mantenerse fresca.

Las iguanas son trepadoras y nadadoras excepcionales, habilidades que les permiten moverse con soltura por diferentes ecosistemas. Se les puede ver calentándose al sol en la cima de un árbol, o zambulléndose en un río para escapar de un depredador. En la noche, se refugian en las copas de los árboles, entre rocas o en madrigueras que ellas mismas excavan.  

Su estilo de vida

Las iguanas jóvenes consumen una mezcla de brotes, semillas, flores, frutos e incluso insectos. En la edad adulta, su dieta cambia radicalmente convirtiéndose en herbívoras exclusivamente. Esta transición es una forma de especialización biológica que les permite vivir en su nicho ecológico. De hecho, los estudios muestran que la administración de proteínas animales a iguanas adultas en cautiverio puede reducir drásticamente su esperanza de vida.

En cuanto a su reproducción, la verdad es que es todo un ritual. Aunque suelen ser animales solitarios, en la época de celo se juntan en grupos para el cortejo. Para atraer a la hembra, el macho realiza una danza de cortejo que incluye movimientos de cabeza y la extensión de su papada. Una vez que el apareamiento ha sido exitoso, la hembra comienza un proceso de gestación de dos meses. Después, busca un lugar de terreno suave para cavar un túnel de hasta 50 centímetros de profundidad, donde deposita sus huevos.  

Un dato interesante es la variabilidad en el número de huevos. Puede poner entre 13 y 31 huevos. El número de crías depende de múltiples factores como la edad, el tamaño, el estado nutricional y las condiciones del hábitat de la hembra.

Su vulnerabilidad nos obliga a protegerla

La longevidad de la iguana en su hábitat, es significativamente más corta. Generalmente de 8 a 12 años, debido a la constante amenaza de depredadores y a los peligros que ofrece la comercialización ilegal de la especie y el consumo de sus huevos. Prácticas que todavía existen.

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En cautiverio, bajo el cuidado adecuado, pueden vivir hasta 20 años o más. Esta diferencia nos muestra lo vulnerables que son estas criaturas en su hábitat natural y nos exige responsabilidad en su cuidado y protección.

Iguanas: adaptación y simbolismo natural