El arte de detectar energías invisibles

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La radiestesia es un término que puede sonarte esotérico o relacionado con prácticas místicas. Sin embargo, a lo largo de los siglos ha sido utilizada como una técnica para encontrar objetos, detectar energías e incluso diagnosticar problemas de salud. En este artículo te cuento un poco sobre la radiestesia, el arte de detectar energías invisibles.

El término radiestesia proviene del latín radius (rayo) y del griego aisthesis (sensación), lo que literalmente significa «sensibilidad a los rayos». Como quienes la practican, afirman que todas las cosas emiten energías que pueden ser captadas por el ser humano a través de ciertos instrumentos como varillas o péndulos.

Aunque la radiestesia como concepto moderno surgió en el siglo XX, la práctica de utilizar herramientas para detectar cosas invisibles tiene raíces muy antiguas. Algunos historiadores sugieren que los antiguos egipcios y los chinos ya empleaban técnicas similares para encontrar fuentes de agua subterráneas. Sin embargo, fue en la Europa medieval cuando la radiestesia, conocida en ese entonces como «rabdomancia«, se popularizó, especialmente entre mineros que la utilizaban para localizar vetas de minerales.

El concepto radiestesia se debe a un sacerdote francés llamado Abbé Alexis Bouly quien acuñó el término «radiestesia» para describir su método de utilizar péndulos y varillas para detectar vibraciones.

Otros personajes destacados en la historia de la radiestesia son Johann Kaspar Schrenk von Notzing, sacerdote alemán, y el físico francés Pierre Curie, quienes investigaron la idea de que los cuerpos emiten radiaciones perceptibles por ciertos instrumentos.

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Para qué se usa

A lo largo de la historia, la radiestesia ha sido utilizada principalmente en la búsqueda de agua en zonas rurales. Por ejemplo, en regiones agrícolas de España y América Latina, los zahoríes han sido fundamentales en la localización de pozos de agua durante épocas de sequía.

También, algunos profesionales de la medicina alternativa usan el péndulo para «diagnosticar» desequilibrios energéticos, aunque esta práctica no está científicamente probada.

Estos son sus principales utilidades:

  1. Búsqueda de agua. Es uno de los usos más antiguos y populares. Se dice que los zahoríes, expertos en radiestesia, pueden localizar fuentes de agua subterránea con gran precisión.
  2. Detección de minerales. En épocas medievales, los mineros empleaban la radiestesia para encontrar vetas de minerales. Hoy en día, algunos practicantes la utilizan para localizar objetos perdidos.
  3. Diagnóstico de salud: Aunque sin respaldo científico, algunos terapeutas alternativos afirman que la radiestesia puede detectar desequilibrios en el cuerpo y ayudar en procesos de sanación.
  4. Energías ambientales. Los practicantes también la usan para identificar energías «negativas» en hogares o lugares de trabajo, sugiriendo que estas pueden influir en el bienestar de las personas.
  5. Práctica esotérica. Algunas personas la utilizan como herramienta de consulta y predicción de situaciones concretas.

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Quién puede practicar la radiestesia

Una de las principales creencias en torno a la radiestesia es que cualquier persona puede aprender a practicarla. Se dice que todos tenemos una sensibilidad natural para captar las vibraciones de nuestro entorno, aunque algunas personas podrían ser más «sintonizadas» que otras.

Según los defensores de esta práctica, con la herramienta adecuada y la mentalidad abierta, cualquiera puede desarrollar la habilidad de percibir energías.

Practicar la radiestesia no requiere herramientas complejas ni costosas. Los dos instrumentos más comunes son:

  1. Péndulo. Es una pequeña masa suspendida de una cuerda o cadena. El péndulo puede estar hecho de cristal, metal u otros materiales, y se balancea o gira en función de las vibraciones percibidas por la persona.
  2. Varillas de zahorí. Son varillas, generalmente de cobre o latón, que responden al moverse cuando detectan una energía o vibración específica. Estas varillas son especialmente utilizadas para buscar agua o minerales bajo la superficie terrestre.

Más allá de las herramientas, se considera fundamental mantener una actitud relajada, mente clara y abierta a las señales sutiles que las energías puedan emitir.

Qué dice la ciencia sobre la radiestesia

Hasta la fecha, no existen estudios científicos concluyentes que validen la radiestesia como una técnica confiable. Muchos experimentos han demostrado que los movimientos del péndulo o de las varillas pueden ser producto del *efecto ideomotor*, es decir, movimientos involuntarios del cuerpo que el practicante no percibe conscientemente.

Según la comunidad científica, no hay evidencia de que las varillas o los péndulos detecten energías o vibraciones externas.

A pesar de esto, muchas personas continúan practicando la radiestesia y confían en sus resultados, especialmente en la búsqueda de agua y minerales. Para ellas, el éxito práctico que han experimentado es una prueba suficiente de su efectividad, aunque no exista una explicación científica.