A propósito del Día Mundial del Donante de Sangre

Donante de sangre

Gracias a pago de tus impuestos

Yo soy donante de sangre hace muchos años.  Recuerdo que estaba en la universidad cuando hice mi primera donación de sangre.  Fue para el esposo de una prima, que para mi es como mi hermana.  Él se había accidentado y tenían que hacerle varias cirugías.  Su situación era bastante delicada.

Con algo de temor me presenté en la Banco de Sangre del Hospital San Ignacio, en Bogotá y allí me dispuse para entregar una bolsa de 450 ml del preciado líquido.  En esta primera oportunidad había una motivación especial pues se trataba de un familiar cercano.

Mi segunda donación fue para una gran amiga que estaba en tratamiento de cáncer.  Y aunque con ella no se favorecía directamente, yo tenía claro que esa bolsita de sangre beneficiaría a otras personas que tenían cáncer, anemia, hemofilia o alguna otra enfermedad.

A partir de entonces, cada que veo puestos móviles de bancos de sangre o se de alguien que necesita una donación, si se dan las condiciones, inmediatamente me convierto en donante de sangre.

Las plaquetas también se donan

Hace un par de años, a través de un funcionario de la Alcaldía de Medellín, conocí la donación de plaquetas (células de la sangre que ayudan en la coagulación de la sangre y en la cicatrización de heridas).  Después de conocer el procedimiento y la importancia de este tipo de donación me animé a dar mis plaquetas.

Dos días después, fui al banco de sangre de la Cruz Roja en Medellín.  Sin embargo, como en ese momento ya tenían suficientes plaquetas, me pidieron que donara sangre.  Y así lo hice.

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Este año, a comienzos de abril, recibí un llamado a donar sangre para una chica embarazada que había sufrido un accidente.  En esa oportunidad, ocurrió lo contrario de mi última donación.  Cuando llegué a donar, me dijeron que había suficiente sangre y me pidieron que hiciera una donación de plaquetas, porque estaban escasas.

Hicieron las pruebas de rigor y resulté ser una donante ideal de plaquetas.  Me explicaron el procedimiento y me condujeron a una habitación especial donde estaría durante 2 horas.

Me senté en una silla especial que, durante unos 15 minutos, me masajeó desde los pies hasta la cabeza, especialmente en el área de la columna vertebral.  Luego me conectaron a través de una manguera doble a la unidad de aféresis que es el equipo que separa las células de la sangre (glóbulos rojos, plasma, plaquetas, glóbulos blancos), selecciona las plaquetas y devuelve el resto de sangre al donante.

Por qué es importante la donación

Con tu donación de sangre pueden salvarse hasta 3 vidas ya que al llegar al centro de transfusión es dividida en 3 componentes: hematíes (glóbulos rojos), plasma y plaquetas que se transfundirán a cada paciente de acuerdo con sus necesidades.

Y si donas de 196 a 200 mililitros de plaquetas pueden cubrirse las necesidades de muchos enfermos hematológicos, con tratamiento oncológico o trasplantados a causa de una leucemia, o por ejemplo, a pacientes a quienes se les practica una biopsia hemática.

Que sea esta la oportunidad para que te animes a ser donante de sangre o de plaquetas y ayudes a salvar mínimo 3 vidas.