Cómo establecer una relación de pareja amorosa y edificante
Recientemente me encontré con un gran amigo que hacía varios años no nos veía. Nos alegramos de vernos, nos abrazamos y nos desatrasamos de lo que alcanzamos y hablamos de cómo estaban nuestros corazoncitos. Este encuentro fue maravilloso porque me dejó muchas reflexiones sobre cómo establecer una relación de pareja amorosa y edificante.
La mayor parte del tiempo nos la pasamos pensando en lo que no tenemos y olvidamos las cosas maravillosas que si tenemos. Nuestras relaciones de pareja están dentro de esos asuntos. Cuando estamos en soledad, soñamos con conseguir la persona perfecta para compartir nuestra vida. Pero cuando la tenemos, después de un tiempo comenzamos a verle solo sus defectos y nos convertimos los peores enemigos.
La mayor parte de mi vida he estado sin pareja. A veces me siento bien así como estoy, pero en otras ocasiones pienso que la vida sería más placentera si tuviera con quien compartirla. Este asunto no me desvela. En realidad, disfruto mucho mi soledad.
Hace poco, hablando con una amiga de este tema, ella me compartió que su pareja había llegado en el momento justo y con las características que ella había pedido al universo. A excepción la edad y la estatura, todo lo demás se cumplió al pie de la letra. Eso sí, ella aprovechó el tiempo que estuvo sola para prepararse para recibir a su compañero de vida.
Por eso, si en este momento estás buscando una pareja has el listado de lo que quieres, con lujo de detalles. Ten en cuenta cualidades, mentalidad, religión, postura política, formación, su relación familiar, etc. Mientras más claridad tengas sobre lo que quieres, más fácil será que esa pareja que sueñas llegue a tu vida.
Por ojo. Prepárate para recibir a tu pareja ideal. De ese listado de cualidades que vas a hacer revisa cuáles te faltan y empieza a trabajar en cada una ellas. Así, no solo vas a estar preparada(o) para recibirlo, sino que el universo compensará tu esfuerzo. No me creas. Hazlo y si te da resultado me cuentas.
Durmiendo con el enemigo
Y mientras unos sueñan con tener ese compañero de vida, a otros que ya lo tienen se les olvida que una relación no se mantiene por si sola. Como una planta hay que regarla todo el tiempo y esforzarse por mantenerla viva.
Para mi es increíble que dos personas que llevan años viviendo juntos se conviertan en los peores enemigos y que, además sigan durmiendo juntos. ¿Cómo y por qué se llega a odiar a la persona que se supone, es el amor de tu vida? ¿Qué sentido tiene vivir con alguien que te produce rabia, desprecio o de la cual se desconfías? ¿En qué momento se pierden las parejas?
Estas preguntas me asaltan cuando veo parejas que viven juntos pero no se soportan. Yo no entiendo cómo puedes seguir compartiendo tu vida con alguien que no te aguantas. ¿Será la costumbre, el qué dirán o el miedo que no te permite sacudirte y hacer algo?
Hay un refrán que dice que “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. Pero en temas de pareja esperar un siglo para cambiar una situación es lamentable y muy peligroso. Cada vez se hacen más daño.
Si este es tu caso detente, evalúa tu situación, decide qué quieres hacer y hazlo. Una situación de estrés permanente en una relación hace daño a la pareja, a los hijos, a la familia. No es sano para tu vida permanecer en ese estado. Probablemente también tienes dificultades con la salud, el dinero, la familia, el trabajo, los amigos, etc.
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Qué te sugiero
Estas son algunas reflexiones que se me ocurren sobre cómo establecer una relación de pareja amorosa y edificante.
Si has soportado una relación de más de 15 años, con un ser que te inspiró y erizó tu piel; que ha estado en las “buenas y en las malas”; que ha compartido tus sueños y celebrado tus triunfos; con la que construiste una familia, vale la pena intentar la salvación.
Justo estoy leyendo el libro Perdonar de Robin Casarjian, (recomiendo leerlo) y en él, la escritora habla de las maravillas que logra el perdón en las diferentes relaciones: con nosotros mismos, con los hijos, la pareja, los otros.
Hay una parte donde Robin hace referencia al perdón en el matrimonio. Ella asegura que para que una pareja prospere cada uno debe “tener el deseo de construir una amistad mutuamente solidaria”. Y menciona que la expresión que mejor define la amistad es la generosidad: la generosidad en el afecto, en lo que se tiene y se da, en escuchar, en expresar amorosamente lo que se siente …
En este sentido, afirma también que en una amistad cada uno se preocupa de los deseos y necesidades del otro, se celebran los triunfos y se ofrecen apoyo y consuelo mutuos cuando las cosas no van bien.
Cuando trabajas sinceramente en el perdón, aumenta tu capacidad para la amistad, lo que a su vez, se convierte en una base sólida para tu relación de pareja. Entonces si quieres intentarlo comienza con el perdón para ti y para él o para ella.
Intenta con este ejercicio
Haz una lista de todas las cualidades que te enamoraron de esa personita. Hazla con mucha objetividad. Retrocede unos años cuando se conocieron, qué fue lo que más te llamó la atención de él o ella; anota todas las cualidades que le reconoces.
Luego analiza cuáles de esas cualidades también están en ti. Si encuentras que hay unas que son tan importantes para ti, pero no se están cumpliendo empieza a trabajarlas y espera a ver qué pasa.
Después de hacer este ejercicio escribe todo lo que sientas. Piensa en lo positivo, lo bonito, los logros compartidos. Invita a tu pareja a hacer el mismo ejercicio y luego compártanlo con amor, sean sinceros. Lo más probable es que juntos encuentren una manera de salir adelante.
Es importante que te hagas responsable de tu situación y des el primer paso. Créeme que salir de ese remolino en el que estás resolverá muchos de los problemas que hoy puedes estar enfrentando en otros aspectos de tu vida.