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Lo difícil no es conseguir dinero sino mantenerlo

Lo difícil no es conseguir el dinero sino  mantenerlo”, es una frase que se la he escuchado decir a mi padre durante toda mi vida. La historia que voy a contarte la han repetido deportistas, estrellas de cine y personalidades que han ganado muchísimo dinero y pensaron que nunca se les acabaría y en lugar de invertir en activos, lo despilfarraron en pasivos.

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Una parte de la historia de Mike Tyson

Mike Tyson fue un boxeador estadounidense icono en la década del 90.  Logró el récord de 50 victorias, 44 de ellas por nocaut y fue derrotado en, seis ocasiones.

En la cima de su carrera Tyson llegó a ganar hasta 30 millones de dólares por pelea.  Se calcula que alcanzó una fortuna cercana a los 400 millones de dólares (unos 19.000 millones de devaluados pesos colombianos).

Sin embargo, esta abundancia solo le alcanzó hasta 2003 cuando pasó de ser un extravagante millonario a un habitante de calle que además cargaba una deuda de 23 millones de dólares.  Tyson gastó su fortuna en mujeres, mansiones, autos lujosos, rumbas y todo tipo de excentricidades o lo que en terminos financieros se conocen como pasivos (bienes que en lugar de producir dinero generan gastos).

La mejor competencia de la vida es contigo mismo

El mismo ídolo del boxeo cuenta que gastó casi 5 millones de dólares en la compra de más de 100 carros, entre los que se cuentan, un Roll Royce, un Mercedes Benz 500, un Range Rover y varios Ferraris y Lamborghinis.  Una de sus locuras, la compra y manutención de sus tigres de bengala, sumó casi 2 millones de dólares.

En fin, cuanto más dinero ingresaba en sus cuentas bancarias, más excentricidades costosas se le ocurrían: una fiesta de 400 mil dólares, más de USD$10 millones gastados en ropa y otros 200 mil en celulares. Imagínate si todo ese dinero despilfarrado se hubiera invertido en activos (negocios, acciones, fondos de inversión) cuánto hubiera sumado hoy la fortuna de Tyson…

Sus excesos y su vida desenfrenada lo fueron llevando a la ruina hasta que tocó fondo y fue condenado a 6 años de cárcel por violar a la modelo Desiree Washington. Un proceso legal que le costó, además de su libertad y la destrucción de su reputación, más de 50 millones de dólares en abogados y compensaciones.  Su condena duró 4 años gracias a que, por su buen comportamiento, la justicia estadounidense redujo su pena. 

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Volver a empezar

Una vez afuera, Mike Tyson, nacido el 30 de junio de 1966 en Brownsville, Nueva York, comenzó a reorganizar su vida.   En la actualidad tiene un podcast llamado ‘Hotboxin’ donde conversa sobre diferentes temas con importantes personajes reconocidos del deporte, el entretenimiento, y hasta de la política.  También le saca provecho a su nombre convertido hoy en un activo que le permite generar ingresos a través de la venta de productos y su participación en diferentes campañas de publicidad.

A los golpes Mike Tyson aprendió que la mejor competencia es con uno mismo y en ese aspecto él sigue siendo un campeón.

Esta historia se repite todos los días, en la vida de muchas personas.  Te has preguntado ¿por qué? Yo encuentro varias razones.

  • Ignorancia, falta de conocimiento. Tú y yo podemos amasar una gran fortuna, pero si no tenemos la información adecuada o carecemos de preparación emocional y financiera lo mas probable es que repitamos la historia de Mike Tyson y de miles de estrellas que han dilapidado sus fortunas en locuras y excentricidades.
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  • Mentalidad de pobre.  Suena fuerte pero así es.  Muchas personas siguen creyendo que el dinero es el fin y cuando lo conseguen creen que se lo puede gastar en todo aquello que desearon y les da estatus, que por lo general son pasivos (vehículos, celulares de gama alta, lujos innecesarios). Error. El dinero es una herramienta que está disponible para todos y debemos aprender a producirlo y, sobre todo, a manejarlo.

Así que prepárate intelectual, mental y emocionalmente para ganar dinero y aprender a mantenerlo y multiplicarlo.  Recuerda que como dice mi padre “lo difícil no es conseguirlo sino mantenerlo”.

¡Ah! y ten siempre presente: no importa la condición en la que te encuentres, si estás en bancarrota o no, siempre tendrás opciones para superarte. Nunca es tarde para volver a empezar.

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