20 de noviembre: memoria, resistencia y lucha trans
Desde 1998, cuando la activista Gwendolyn Ann Smith organizó una vigilia para honrar a Rita Hester, mujer trans afroamericana asesinada en Massachusetts, cada 20 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Memoria Transgénero. Una fecha especial que busca promover el respeto por las personas trans, recordar vidas truncadas por el odio y visibilizar la resistencia de quienes buscan construir un mundo más empático. Esta conmemoración, que nace de un dolor colectivo, se convirtió en un llamado global al respeto y la empatía, especialmente en Colombia, donde la violencia transfóbica mantiene a esta población en estado de emergencia permanente. 20 de noviembre: memoria, resistencia y lucha trans.
La identidad trans: una complejidad biopsicosocial
Ser transgénero significa experimentar una incongruencia entre el sexo asignado al nacer y la identidad de género autopercibida. Esta condición no responde a modas ni decisiones voluntarias, sino a una realidad neurobiológica. Estudios neurológicos demuestran que los cerebros de personas trans funcionan de manera más similar al género con el que se identifican que con el biológico. La investigación del Centro de Especialización en Disforia de Género de la Universidad de Liège confirmó que, al administrar androstadienona (una hormona que modula la agresión humana de manera dependiente del género) las mujeres trans muestran patrones cerebrales equiparables a los de mujeres cisgénero, y viceversa.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
En este sentido, la disforia de género es el sufrimiento emocional generado por la discordancia entre el cuerpo y la identidad. Este malestar afecta las dimensiones física, mental, emocional y espiritual. La investigación también identifica alteraciones en la red de representación corporal que afectan la conectividad funcional entre regiones cerebrales importantes.
Por otro lado, la construcción de la identidad de género es un proceso multifactorial que integra componentes biológicos, psicológicos y socioculturales, donde el lenguaje y las interacciones sociales juegan roles fundamentales.
Casos y cifras que duelen
El DANE estima que el país hay una población LGBTIQ+ de aproximadamente 500.000 personas. Sin embargo, reconoce que hay un alto subregistro que puede deberse, entre otras causas, a que esta población enfrenta una violencia estructural permanente. En 2024, por ejemplo, en Colombia se registraron 164 asesinatos de personas LGBTIQ+, que equivale al 48% de los homicidios de la región latinoamericana. Las mujeres trans son víctimas en el 17% de estos casos, mientras que los hombres homosexuales representan el 33%.
Por su parte Defensoría del Pueblo documentó que, entre enero y octubre de 2025, atendió 258 casos de violencia contra personas trans, un aumento del 29,6% con respecto al mismo periodo de 2023. Los principales hechos denunciados incluyen violencia psicológica (120 casos), física (49) y sexual (11). Además de 65 registros de violencia institucional, particularmente en servicios de salud y por parte de la policía.
El caso de Sara Millerey, una mujer trans de 32 años asesinada en abril de 2025 en Bello, Antioquia, ejemplifica una absurda brutalidad. Sus agresores la arrojaron a una quebrada con sus extremidades fracturadas, dejándola morir ahogada. Su muerte, junto con la de Nawar Jiménez en mayo de 2025, sigue sin esclarecerse, aunque desde el momento del homicidio fueron señalados los integrantes de una banda de Bello. Esto evidencia la impunidad que envuelve estos crímenes.
Voces que organizan y resisten
Frente a esta violencia, el activismo trans colombiano ha tejido redes de acompañamiento y resistencia. La Plataforma ¡Ley Integral Trans Ya!, conformada por más de 100 colectivos liderados por personas trans y no binarias, articula la lucha por los derechos fundamentales. Organizaciones como Caribe Afirmativo, Colombia Diversa, Red Somos+ y Corporación El Otro, documentan casos de violencias, brindan acompañamiento jurídico y psicosocial, y amplifican las voces silenciadas.
La Ley Integral Trans, también conocida como «Ley Sara Millerey», representa un hito legislativo sin precedentes. Aprobada en primer debate en junio de 2025, propone el reconocimiento legal de la identidad autopercibida, acceso a salud integral sin estigmas, protección laboral, educación libre de discriminación y tipificación del transfeminicidio como delito. Esta iniciativa recoge insumos de más de 1.300 personas trans de diversas regiones y tiene potencial para transformar estructuralmente el ordenamiento jurídico colombiano.
Lee también Descubriendo las identidades LGBTIQ+
Memoria como compromiso con el presente
El Día de la Memoria Trans es un compromiso con un presente y un futuro donde todas las identidades puedan desarrollarse con libertad y tranquilidad. Esta fecha fortalece la diversidad y la inclusión, recordando que el bienestar integral solo es posible cuando cada persona vive sin miedo, con el reconocimiento pleno de sus derechos y de su dignidad.








