Procrastinar, un mal de muchos que pocos resuelven
Voy a confesar que la procrastinación ha sido un hábito que me ha acompañado a lo largo de mi vida. En algunos momentos con más intensidad que en otros. Pero no solo me pasa a mí. Procrastinar, un mal de muchos que pocos resuelven.
Procrastinar es aplazar, retrasar o postergar actividades, decisiones o situaciones, por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas, y que sustituimos por otras más agradables, pero irrelevantes.
Superar la procrastinación, va más allá de aprender a administrar el tiempo, como muchas personas creen. Resolver este asunto puede significar mejorar nuestra autoestima, madurar o detectar y superar una distorsión cognitiva (creer que la exigencia de la actividad es más compleja de lo que en realidad es).
Pero a pesar de lo complicado que pueda parecer una manera de ayudarnos con la procrastinación es aprender a fijar objetivos con programación neurolingüística.
Comienza controlando a Sara, la “loca de la casa”
La mente es muy poderosa, pero puede convertirse en la “loca de la casa” y y enredarnos la vida si se lo permitimos. Ella puede hacer bellezas o desastres. Y en este caso se trata de que la usemos a nuestro favor.
Para dimensionar el poder de la mente, haré una breve explicación de como funciona nuestra mente. Fíjate que ella mueve de acuerdo con 3 inteligencias o cerebros que todos tenemos. Uno de ellos es el reptiliano, el encargado de hacernos mover, el que nos permite responder a lo que el entorno nos dice. Dentro de él se encuentra Sara, Sistema de Activación Reticular.
Sara determina tu enfoque: dónde estás ubicado, qué estás viendo y hacia dónde te vas a dirigir. Entonces lo primero que tienes que hacer es definir claramente tu meta (comprar un carro, conseguir un nuevo empleo, ganarte un torneo, etc.). De esta manera le das las instrucciones a Sara para que ella se enfoque.
Fíjate que cuando decides comprar un carro, por ejemplo, sales a la calle y empiezas a ver carros similares al que vas a comprar. Y no es que aparezcan milagrosamente de la nada, lo que pasa es que Sara ya está enfocada en tu deseo y se hace consiente de lo que quieres
¿Ahora qué sigue?
Además de tener clara la meta hacia dónde quieres llegar, es necesario que tu mente también se conecte con tus emociones. Retomando el ejemplo del carro, debes conectar esa sensación que te produce tener carro con tu cerebro para que realmente dejes de procrastinar y llegues a la meta.
Ahora sigue la definición de tus objetivos. Consiente de tu estado actual (lo que estás viviendo, lo que tienes, lo que eres) y de tu meta, es de, que es tu estado deseado, tienes que saber que hay una serie elementos que te permiten fijar tus objetivos.
Te voy a poner un ejemplo super sencillo. Supongamos que tu estado problemático es el miedo a hablar en público. Entonces debes definir, tu estado ideal, es decir, la meta a la que quieres llegar.
¿Qué es lo que normalmente hacemos? Decimos: “Quiero dejar de sentir miedo cuando hablo en público”. ¿Pero aquí qué ocurre? Que al enunciar la meta sigo viendo el problema y no la solución. Otro ejemplo: “Quiero bajar de peso y perder 50 kg”. Esta expresión también se centra en el problema y no en la solución.
¿Cómo no centrarse en el problema? Centrándote en la solución, en lo positivo del estado ideal. Entonces fijate como te ves en el estado ideal: “Estoy tranquila mientras hablo frente al público” o “Me siento segura hablando en público”. Suena distinto, ¿cierto? También puedes apoyarte en un referente, por ejemplo: “Cuando hablo en público me siento como fulanita de tal”.
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Cuando estableces tu estado ideal desde lo negativo, le estás diciendo a la mente, a Sara que se siga enfocando en el problema. Tus objetivos siempre deben ser positivos y en tiempo presente para que sean un hecho.
Otro ejemplo, muy frecuente es el tema de la pareja. En algún momento de la vida cuando has pensado en encontrar una pareja tienes te enfocas justo en los que no quieres y eso es lo que atraes. Entonces la mejor manera es pensar en esa pareja como si ya estuvieras con ella: “quiero un compañero de vida, que comparta mis gustos o los respete si no coinciden con los suyos, que respete mi libertad, que me acompañe en silencio cuando me sienta mal y no quiera hablar…”
La programación neurolingüística nos indica que la mente tiene dos tendencias: se mueve desde el dolor o desde el placer. Entonces si estás planteando tus objetivos desde lo negativo, te están moviendo desde el dolor. Cuando los propones en positivo, tu mente se está moviendo desde el placer.
Recuerda también y eso lo sabemos quienes trabajamos en programación neurolingüística, que la mente está hecha para subsistir, así está montado nuestro sistema. Entonces para sobrevivir, a ella le encanta el problema. ella se mueve por ahí. Por eso debes entrenar tu mente y mantenerla bien educada y el primer ejercicio que te recomiendo es que le ayudes a enfocarse para que sea la brújula que te lleve a tu meta.
Cuando un barco zarpa y sabe para dónde va, su GPS tiene claro el punto de llegada y no importa que en el camino se presenten grandes tormentas, que se tenga que desviar para evitarlas, él no pierde de vista el faro al que tiene que llegar, siempre y cuando tenga claros sus coordenadas, su punto de llegada, su objetivo.
Define tu meta, establece tus objetivos y avanza paso a paso con constancia, verás que en menos de lo que pienses habrás dejado de procrastinar y estarás cumpliendo tus sueños.
Escucha esta reflexión Supera tus limitaciones