La música es un puente que facilita el aprendizaje
¿Sabías que la música es un puente que facilita el aprendizaje en personas con discapacidad intelectual? La música no solo es un medio de expresión artística, sino una herramienta poderosa para el aprendizaje, la autonomía y la inclusión.
Desde el ritmo de una melodía hasta el impacto emocional de una canción, pueden generar un efecto profundo en el desarrollo cognitivo y social de personas con diferentes capacidades y habilidades para el aprendizaje.
El poder de la música en la inclusión
Amparo Arango, directora de la Fundación Amadeus, lo resume con una frase que toca el corazón: “Yo me siento incluida donde me siento feliz”. Para muchas personas con discapacidad intelectual, la música se convierte en ese espacio de felicidad e inclusión.
Durante el festival Cuyabrito de Oro 2024, jóvenes de la Fundación Amadeus demostraron que, a través de los acordes y los ritmos, no solo aprenden música, sino que desarrollan habilidades esenciales para la vida.
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El método AMAR: música y aprendizaje constructivo
La Fundación Amadeus ha desarrollado el método pedagógico AMAR, basado en el constructivismo. Esta estrategia utiliza la música como vehículo para activar aprendizajes académicos, emocionales y sociales. Según su creadora, los pilares del método (pedagógico, terapéutico, vocacional y artístico) son clave para lograr una verdadera inclusión social.
En un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia sobre el impacto de la música en personas con discapacidad intelectual, se evidenció que el aprendizaje musical mejora la coordinación motora, la memoria, la atención y, lo más importante, la autoestima. Cada sesión de práctica musical se convierte en un espacio de descubrimiento y superación personal, donde los participantes aprenden a su propio ritmo y desarrollan nuevas habilidades.
Más allá de las notas
El impacto de la música no se limita a lo técnico. Testimonios como el de Diana, madre de Camilo, un joven que forma parte de la Fundación, revelan cómo esta disciplina transforma familias completas: “Camilo ahora tiene más confianza. Canta y toca el tambor en casa. Nos ha enseñado que no hay límites cuando hay pasión”.
De igual forma, investigaciones de la Universidad de Bergen, en Noruega, resaltan que la música favorece el desarrollo de habilidades sociales, como el trabajo en equipo y la comunicación. Al participar en actividades grupales, las personas con discapacidad intelectual experimentan un sentido de pertenencia y logran fortalecer sus relaciones interpersonales.
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Aprender para ser
Los jóvenes de la Fundación Amadeus y su experiencia en escenarios como el Cuyabrito de Oro son un recordatorio de que la inclusión no es solo un concepto, sino una práctica que se vive. A través de la música, no solo adquieren conocimientos, sino también herramientas para enfrentar el mundo con seguridad y alegría.
La música es un puente que facilita el aprendizaje, que conecta la disciplina con la creatividad y la inclusión con la felicidad. Quizás el mayor logro de la música no sea solo enseñar, sino demostrar que todos tenemos algo valioso que aportar, sin importar las barreras que enfrentemos.