El Tesoro de Sonsón
En una esquina del parque principal, entrando por el costado derecho de la Catedral Nuestra Señora de Chiquinquirá, está el Tesoro de Sonsón, un hotel que guarda secretos, historias y anécdotas de familias y personalidades del municipio y de quienes se ha hospedado allí.
Es una casona de tapia y bareque construida en 1808. Durante mucho tiempo fue la casa de la familia Toro. Pero después de que una de las Toro se casara con un señor Ramos y uno de los Ramos Toro se casara con una Botero, la casa pasó a ser de propiedad de los padres del ex gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos Botero.
Luego esta propiedad pasó a manos de la parroquia y hace 14 años se convirtió en un museo hotel avalado por el Ministerio de las culturas, las artes y los saberes.
Tiene 23 habitaciones, cada una de ellas recibe el nombre de una vereda de Sonsón; el restaurante que ofrece gastronomía tradicional de la cocina de la abuela; dos auditorios y Elena café, un espacio donde el visitante puede saborear un delicioso café sonsoneño.
Como era costumbre en el siglo XIX la casa fue construida con un patio central donde hoy están ubicados la recepción, el restaurante y la parte principal del museo dividida por temáticas: costumbres religiosas, la banda del pueblo, el rincón del abuelo, el rincón de la abuela, los juegos tradicionales…
En cada espacio del hotel El Tesoro de Sonsón, hay objetos antiquísimos característicos del siglo XIX como las llaves y cerraduras de la época, hasta aparatos un poco más modernos como televisores y teléfonos. La religión también tiene un lugar protagónico no solo en este museo sino en general, en la cultura sonsoneña.
Pasión y orgullo por la tierra
Yo creo que la pasión y el orgullo expresan los antioqueños por su tierra tuvo su origen en Sonsón. No es casual que la colonización antioqueña hacia el viejo caldas y el Valle del Cauca se haya gestado en este municipio del oriente antioqueño.
Solo con oír a Marino Arroyave Arango, un personaje que conoce perfectamente la historia de Sonsón, yo también me sentí orgullosa de ser antioqueña, aunque realmente nací en Bogotá.
“Lógicamente Sonsón tiene unas cosas espectaculares: paisajismo, tiene unos cañones bellísimos, todos los climas, frutales, cañaduzales, cafetales, maíz en la tierra más templada. Mucha verdura, uchuvas, higos, o sea Sonsón es una cosa impresionante…”
Y la verdad es que Marino tiene razón. La “Ciudad del Capiro” es sorprendente: su arquitectura, sus 12 museos (8 en la zona urbana), su páramo, el mirador, la fragua artesanal, las 14 marcas de café, las fiestas del maíz, su cultura y por supuesto su gente.
A Sonsón hay que conocerlo, vivirlo, experimentarlo y compartirlo. La «Jerusalén del Maíz» te espera para compartir contigo sus historias, anécdotas y saberes.
Me siento inmensamente agradecida con este territorio, el Tesoro de Sonsón y su gente.