El gancho, un camino de perseverancia y determinación
Es curioso cómo la vida de una persona se entrelaza con sus decisiones, sus sueños y las historias que decide contar. Esta es la crónica de una película que pasó 14 años en agonía, pero gracias a la tenacidad de su directora logró salir a la luz. Aquí te cuento el detrás de cámaras de El gancho, un camino de perseverancia y determinación.
El caso de Sandra Higuita Marín, más conocida como “Piro”, es un claro ejemplo de firmeza. La conocí cuando éramos adolescentes, terminando nuestra secundaria. Desde entonces su camino siempre fue inconfundible: el arte la convocaba, especialmente el teatro. Recuerdo que era la más joven de nuestra promoción, pero también la más curiosa, siempre preguntando, explorando, descubriendo. Si alguien habría de seguir un camino de perseverancia y determinación, era ella.
En esos años, participamos juntas en una obra de teatro que, de manera casi mágica, nos llevó a Pereira a representar nuestro colegio. Desde entonces Sandra ya mostraba su liderazgo natural. Mientras ella era la directora, yo tenía un papel secundario. Siempre estuve convencida de que aquella chica inquieta y llena de sueños llegaría lejos. Y así fue. Con el tiempo, Sandra empezó a marcar su propio destino en el mundo del cine, teniendo siempre presente sus raíces y su amor por el arte.
Un encuentro con Víctor Gaviria fue clave para su carrera. Allí comenzó su labor como asistente de dirección en películas representativas del cine colombiano como Simón el mago y La vendedora de rosas. La energía creativa de Gaviria y la pasión de Piro por contar historias encontraron un punto de convergencia que marcaría su vida para siempre.
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Llegar al mundo del cine le permitió una formación práctica que luego complementó con estudios en dirección de cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba.
Luego desarrolló una serie de cortometrajes como Suele Suceder (1999), que le permitió ganar varios galardones internacionales. Pero más allá de los premios, la esencia de Piro estaba en las historias que elegía contar y en su firme creencia de que el cine podía transformar la mirada de las personas.
Un camino de perseverancia y determinación
Después de años de proyectos exitosos como Aquí no pasa nada y Corazón callejero, Piro se embarcó en un desafío aún mayor: El gancho. Esta película, que marcó un hito en su carrera, estuvo 14 años en proceso. Su historia no es solo la de dos jóvenes aventureros que buscan conocer el mar a través de un viaje lleno de peligros, sino también la de una mujer decidida a hacer realidad su sueño, sin importar los obstáculos que la vida le ponía en el camino.
La producción de El gancho tuvo muchas dificultades. Desde el clima caprichoso que alteró el rodaje, hasta la muerte repentina del productor ejecutivo, pasando por trámites legales y problemas técnicos que amenazaron con descarrilar todo el proyecto. Sin embargo, la determinación de Piro nunca flaqueó. El proyecto que comenzó en 2010 con un equipo joven y un elenco inesperado (que incluyó a Nacho Vidal, el conocido actor porno), logró llegar a la pantalla este año, cuando nadie lo esperaba.
Una historia de tenacidad y pasión
El gancho no es solo una película sobre un viaje, sino una metáfora de la propia vida de Piro. La historia de los dos protagonistas que se enfrentan a la incertidumbre y la muerte mientras intentan llegar al mar refleja el alma de quien, a pesar de todas las dificultades, sigue adelante, siempre con la esperanza de llegar a su destino. Es una obra que invita a reflexionar sobre la amistad, el autodescubrimiento y la lucha constante por los sueños.
Esta película, además de ser un testimonio de la tenacidad de su directora, también se convirtió en un referente de la producción cinematográfica colombiana. Con el apoyo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico – FDC, IBERMEDIA, y la participación de coproducciones internacionales, El Gancho consiguió llevar a la pantalla la esencia de la vida de la vieja carretera que va de Medellín a Urabá. En este viaje, Piro nos invita a reflexionar sobre la importancia de los amigos, de perseverar, de no rendirse, aunque el camino sea accidentado.
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El gancho que conecta la película con la vida misma de Piro es claro: el esfuerzo, la pasión y el deseo de contar una historia auténtica y profunda. El cine de Sandra Higuita es un espejo de la realidad, una forma de ver la vida desde la experiencia del ser.
En El gancho, como en su carrera, Piro transmite una poderosa verdad: la vida puede ser dura, pero también es una oportunidad para descubrir, para crecer y para encontrar belleza en los lugares más inesperados.
Piro, con su mirada única y su incansable pasión por contar historias, ha logrado algo que muchos creyeron imposible. Su película, como ella misma, ha resistido el paso del tiempo, y hoy, finalmente, llegó a su mar.
Aquí te dejo la entrevista de Sandra, la directora de El gancho y Daniel, su protagonista.