Si enfermas revisa cómo están tus emociones
Las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud física. Diversos estudios científicos han demostrado que el bienestar emocional puede influir directamente en nuestra salud. En este artículo, revisamos de manera general cómo las emociones están ligadas a enfermedades en los diferentes sistemas del cuerpo humano. Así que, a partir de hoy, si te enfermas revisa cómo están tus emociones.
Voy a comenzar esta historia con algunas investigaciones que encontré sobre este tema. La primera que voy a citar es la que realizó la Universidad de Stanford, en California, en 2015. En ella se analizaron 300 pacientes con trastornos digestivos, como síndrome del intestino irritable y gastritis.
De acuerdo con los resultados arrojados por esta el 70% de los participantes que sufrían altos niveles de ansiedad y estrés presentaban síntomas más graves de estas enfermedades. Así mismo se determinó que la intervención psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, ayudó a reducir los síntomas físicos, en estos mismos pacientes.
Otra investigación realizada por la Universidad de Oxford en 2017 involucró el seguimiento a 500 personas con hipertensión y problemas cardíacos durante un periodo de tres años.
Los resultados mostraron que aquellos pacientes con mayores niveles de estrés y dificultades para gestionar emociones presentaban un 40% más de riesgo de sufrir infartos o complicaciones cardiovasculares. A estos participantes se les ofrecieron terapias de reducción de estrés basadas en mindfulness que ayudaron a disminuir el riesgo y mejorar su salud cardiovascular.
De esta manera vemos cómo las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud física. Así que si enfermas, revisa cómo están tus emociones.
Emociones y estrés debilitan la salud
Las emociones como el estrés y la ansiedad suelen tener un impacto directo en el sistema digestivo. El estómago es especialmente vulnerable. Condiciones como la gastritis y las úlceras gástricas están directamente vinculadas a la sobreproducción de ácido, desencadenada por el estrés. Muchas veces cuando nos sentimos ansiosos o preocupados, el sistema nervioso simpático se activa, afectando la digestión y generando molestias como el reflujo y el dolor estomacal.
El colon, o intestino grueso, es otro órgano que reacciona de manera sensible a las emociones. El síndrome del intestino irritable (SII), que se caracteriza por dolor abdominal, diarrea y/o estreñimiento, está fuertemente relacionado con la ansiedad. Las personas que experimentan altos niveles de estrés suelen tener un colon más reactivo.
El reflujo gastroesofágico es una afección producida cuando el ácido del estómago se regresa al esófago, causando acidez y malestar. Esta condición se agrava con la depresión o la ansiedad, ya que el sistema digestivo está estrechamente relacionado con el estado emocional.
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Cómo afecta otros sistemas del cuerpo
Si nos vamos a mirar el sistema circulatorio, encontramos que el corazón es uno de los órganos más afectados por las emociones. La ira y la tristeza profundas y el estrés que producen estas emociones puede desencadenar problemas como hipertensión, arritmias cardíacas e incluso infartos. La sobreproducción de cortisol, la hormona del estrés, provoca un aumento de la presión arterial y afecta el ritmo cardíaco, poniendo en riesgo la salud cardiovascular.
Del sistema muscular, los más afectados son los músculos de la espalda, el cuello y los hombros debido a la tensión que producen las emociones reprimidas o no gestionadas adecuadamente. La fibromialgia, una condición caracterizada por dolor muscular generalizado, también se ha relacionado con el estrés emocional
El sistema óseo también puede verse afectado por la tensión que generan las emociones. El estrés crónico y la ansiedad pueden contribuir a la pérdida de densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis. Así mismo, pueden afectar la absorción de calcio y otros nutrientes esenciales para la salud ósea. El estrés también puede agravar enfermedades como la artritis, causando inflamación y dolor en las articulaciones.
Los órganos reproductores también están influidos por las emociones. En las mujeres, el estrés crónico puede alterar el ciclo menstrual y contribuir a problemas de fertilidad. En los hombres, la ansiedad y el estrés pueden reducir la producción de testosterona y afectar la calidad del esperma, lo que también influye en la fertilidad.
La glándula tiroides, que regula el metabolismo, es muy sensible a las emociones. El estrés prolongado puede alterar la función tiroidea, conduciendo a trastornos como el hipotiroidismo (funcionamiento lento de la tiroides) o el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva). Las personas que sufren de ansiedad o depresión a menudo experimentan desequilibrios en la producción de hormonas tiroideas.
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Cómo mantener el equilibrio emocional y físico
Mantener un equilibrio entre las emociones y la salud física es crucial para prevenir enfermedades. Aquí te dejo algunas estrategias efectivas:
- Practica mindfulness y meditación para reducir el estrés y la ansiedad y mejorar tu salud en general.
- El ejercicio físico libera endorfinas, que son hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.
- Una dieta equilibrada puede mejorar tu salud física y emocional. Alimentos ricos en omega-3, como el salmón y las nueces, pueden reducir la inflamación y mejorar el estado de ánimo.
- Hablar con un terapeuta o unirse a grupos de apoyo puede ayudarte a manejar tus emociones de manera saludable.
- Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda y el yoga, reducen la tensión muscular y el estrés.
La relación entre las emociones y las enfermedades es compleja y multifacética. Comprender esta conexión y adoptar estrategias para mantener el equilibrio emocional y físico puede mejorar significativamente tu salud y bienestar. Así que, a partir de hoy, si te enfermas revisa cómo están tus emociones.