Teresita Gómez, el arte de la resiliencia

El 8 de marzo, conmemoramos el mal llamado “Día Internacional de la Mujer”.  Y digo “mal llamado” porque es un día que debería ir más allá de las felicitaciones, los regalos o las invitaciones para celebrar «nuestro dia».  Esta fecha debería dedicarse a recordar a las mujeres que lograron darnos un lugar en la sociedad. También para exaltar a aquellas que en solitario y con mucha valentía, lograron un lugar destacado en nuestra sociedad. Hoy mi exaltación es para Teresita Gómez, el arte de la resiliencia.

Pero antes de entrar en materia, quiero recordar por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer.

Detrás de esta fecha, hay un antecedente que marcó nuestra historia. Un 8 de marzo de 1908, 129 mujeres de la fábrica Cotton, en Nueva York, Estados Unidos, se rebelaron y se declararon en huelga. Ellas reclamaban la reducción de su jornada laboral y un salario igual al de los hombres que cumplían sus mismas funciones.  También denunciaron las malas condiciones de trabajo que padecían.

La respuesta del dueño de Cotton fue encerrar a estas mujeres en la fábrica para persuadirlas de que desistieran de su protesta. Lamentablemente, se produjo un incendio que dejó como resultado la muerte de todas obreras que estaban allí.

Este acontecimiento nos recuerda el largo y tortuoso camino que hemos recorrido las mujeres para lograr el reconocimiento de nuestros derechos y de nuestro lugar en la sociedad.  Hoy todavía tenemos seguimos luchando en unos países más que en otros.

Te comparto algunos datos sobre la situación de la mujer en el mundo:

  • – Solo el 2% de la tierra del planeta pertenece a mujeres
  • – En 30 países del mundo sigue existiendo la mutilación genital femenina.
  • – Se calcula que el 94 % de las víctimas de trata de personas para explotación sexual,       son mujeres.

Teresita Gómez predestinada a ser pianista

Hace poco y por pura casualidad, en medio de una conversación con un colega amigo, supe que Teresita Gómez se presentaría en una universidad de Medellin.  Pensé que era una buena oportunidad para entrevistarla.

Ella, una luchadora que vivió en carne propia el racismo y los señalamientos originados por la diferencia de clases sociales.

Ser hija biológica de un pianista italiano que nunca la reconoció y haber sido adoptada por Valerio Gómez y Teresa Arteaga, los porteros del Palacio de Bellas Artes de Medellín, marcaron su destino.

Teresita vivió en una pequeña casa dentro de ese palacio, que estaba ubicado en un barrio de clase alta.  Allí conoció y se enamoró del piano.

Siendo aún muy niña, acompañaba a su papá en las rondas para verificar que todo estaba en orden.

Aprovechaba esos recorridos para sentarse en el piano y buscar las notas que había escuchado en las clases que dictaban durante el día. Así fue hasta que se aprendió dos melodías con las que hizo su primera presentación a un público muy especial: sus padres.

Un día una maestra de la escuela la descubrió y a pesar de que en esa época era inadecuado que una niña negra, pobre y adoptada tocara el piano, la profesora decidió darle clases a Teresita.

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Además de su talento, Teresita siempre fue disciplinada y entregada.  De la semana que la profesora le daba para aprenderse una melodía, ella se tomaba un día.  Su amor por la música la motivaba a tocar el piano y hacerlo cada vez mejor.

Teresita también se ha distinguido como maestra porque le enseña a sus alumnos desde la conexión del piano con la vida. Fue profesora en Medellín, Manizales, Popayán y Bogotá.

Durante el gobierno de Belisario Betancur, fue invitada a ser agregada cultural de la Embajada de Colombia en Alemania Oriental.  Esta experiencia marcó un antes y después en su vida. Fue su encuentro con el mundo y la posibilidad de medirse en los mejores escenarios europeos. Allí creció y se consolidó como una gran pianista.

Tuve la posibilidad de escucharla, al lado de Blanca Uribe, en un concierto a cuatro manos que organizó la Fundación UPB para celebrar sus 25 años de existencia.  Y logré hacerle un par de preguntas en medio de la gente que quería tomarse fotos con ella.

Está próxima a cumplir 81 años y sigue tocando el piano con maestría. En el Día Internacional de la Mujer exalto y celebro la existencia de Teresita Gómez, el arte de la resiliencia.

Escucha aquí la entrevista