Cuando nuestra autoestima tambalea

Escucha el artículo – Audio producido con IA

No siempre es fácil identificar por qué esa voz interna que nos dice «no eres suficiente» empieza a sonar más fuerte. Las raíces de una baja autoestima en personas adultas pueden ser muy diversas. Quizás, de pequeños, nos faltó ese apoyo emocional incondicional o, al crecer, las comparaciones con otros se volvieron una constante en nuestra vida. Cuando nuestra autoestima tambalea hay que actuar.

La verdad es que las experiencias pasadas, sobre todo las traumáticas o las que nos hicieron sentir inadecuados, dejan profundas huellas. Piensa en esa relación tóxica que te dejó con un sabor amargo de ti misma/o, o ese proyecto laboral que, a pesar de todo tu esfuerzo, no salió como esperabas. También, en el fondo, la presión social para alcanzar ciertos estándares de éxito, belleza o felicidad puede ser un peso enorme. A veces, la propia maternidad o paternidad, con su sacrificio y sus noches en vela, puede hacer que nos olvidemos de nosotros mismos.

Señales de que la autoestima necesita un empujón

Reconocer los síntomas de una baja autoestima es el primer paso para empezar a sanar. Tal vez te encuentres diciendo «no» a nuevas oportunidades por miedo a fallar, o te cueste aceptar cumplidos genuinos, sintiéndote como un impostor. Es posible que te compares constantemente con tus amigos o compañeros, siempre encontrando razones para sentirte menos.

A veces, esa inseguridad se manifiesta como una necesidad excesiva de aprobación externa, buscando constantemente la validación en el trabajo o en las relaciones. También puede que te cueste poner límites, diciendo «sí» a todo, incluso cuando tu cuerpo y tu mente te gritan «basta». Y, claro, la autocrítica implacable es una compañera frecuente; esa voz que te repite una y otra vez tus errores y te impide celebrar tus aciertos.

Cómo actuar cuando nuestra autoestima tambalea

Si reconoces alguna de estas señales, no te preocupes. Fortalecer la autoestima en la edad adulta es posible, y los resultados empiezan a verse pronto. Se trata de un viaje de autodescubrimiento y amabilidad contigo mismo.

Ejercicios para reconectar contigo:

  • El espejo de la gratitud: Cada mañana, mírate al espejo y encuentra tres cosas que te gusten de ti, no solo físicas. Puede ser tu resiliencia, tu capacidad de escuchar, tu humor. Repítelas en voz alta. Al principio puede sentirse incómodo, pero verás cómo poco a poco se siente más natural.
  • Pequeñas victorias diarias: A veces nos enfocamos tanto en lo que no logramos que olvidamos lo que sí. Proponte una pequeña tarea cada día (organizar un cajón, hacer una llamada pendiente, leer un capítulo de un libro) y, al completarla, tómate un momento para celebrar ese pequeño logro.
  • Rodéate de apoyo emocional: Busca personas que te hagan sentir bien contigo misma, que celebren tus éxitos y te brinden apoyo emocional cuando lo necesitas. Si te preguntas cómo ayudar a una amiga con problemas de autoestima, simplemente escúchala sin juzgar, recuérdale sus fortalezas y anímala a buscar ayuda profesional si es necesario. Tu presencia y tu afecto pueden ser un ancla.
  • Aprende a decir «no»: Poner límites es un acto de amor propio. No tienes que justificar tus decisiones. «No, gracias» es una frase completa y poderosa. Al principio costará, pero te sentirás más dueña de tu tiempo y energía.
  • Cuida tu cuerpo: Alimentarte bien, moverte y descansar no son lujos, son necesidades. Cuando cuidas tu cuerpo, te estás enviando un mensaje claro a tu mente: «soy valiosa y merezco ser bien tratada».

Lee también Un cuerpo sano al compás de la música

Recuerda, fortalecer tu autoestima es un proceso. Habrá días en los que te sientas más segura y otros en los que esa voz crítica intenta colarse. Lo importante es ser paciente contigo mismo, celebrar cada pequeño avance y, si sientes que la carga es demasiado pesada, no dudes en buscar la guía de un profesional de la salud mental. Eres valioso, mereces sentirte bien contigo mismo y el mundo necesita tu luz.