La serpiente es un símbolo de poder, sanación y renacimiento

Símbolo de poder, sanación y renacimiento

La serpiente es un reptil que vive en casi todos los rincones del planeta: selvas, desiertos e incluso aguas profundas. Su anatomía le permite nadar, trepar o incluso planear en el aire, y en cada cultura tiene un simbolismo diferente. Para algunas personas la relacionan con el misterio, el peligro y la maldad. Mientras que para otras es símbolo de poder, sanación y renacimiento.

Historia y mitología

Desde la mitología y a través de la historia, la serpiente ha tenido roles duales y mágicos. La verdad es que, aunque para muchos en Occidente la serpiente representa el pecado y la tentación bíblica, en otras culturas es venerada por su misticismo.

En la India, por ejemplo, “no hay templo sin serpiente”, porque en el yoga este reptil encarna la energía Kundalini, la energía de la vida.  Allí mismo, los nāgas (serpientes divinas) se asocian con la protección, la fertilidad y la sabiduría, son la conexión entre lo Divino y lo humano.

En la Grecia antigua, Asclepio, dios de la medicina, eligió a la serpiente como símbolo médico porque simboliza sanación, regeneración y conocimiento médico. De esta manera, el báculo con el reptil enroscado representa la regeneración de la vida, pues cada cambio de piel de la serpiente se interpreta como proceso de sanación y renacimiento.

En Centroamérica la serpiente también era sagrada. De hecho Quetzalcóatl, la serpiente emplumada de los aztecas unía cielo y tierra y simbolizaba el fluir cíclico de la renovación. En resumen, en las culturas ancestrales de oriente y occidente, la serpiente suele estar ligada a dioses y diosas, y refleja el equilibrio entre fuerzas opuestas y el misterio de la vida.

Valores simbólicos de la serpiente

Entre los valores espirituales que encarna la serpiente se destacan los siguientes:

  • Transformación: Su muda de piel es un símbolo de renacimiento continuo. Al renovarse por dentro y por fuera, la serpiente inspira la idea de liberarse de lo viejo para crecer.
  • Sabiduría e intuición: Ojos siempre abiertos y vigilantes, sin párpados, la vinculan a una sabiduría ancestral. De hecho, tradicionalmente se la considera emblema de conocimiento profundo, salud y longevidad.
  • Sanación: La serpiente también representa el poder curativo. El bastón de Asclepio o la vara de Escolapio con la serpiente enroscada sigue siendo el símbolo de la salud.
  • Renovación cíclica: La figura del ouroboros –la serpiente mordiéndose la cola– encarna la eternidad y el ciclo de la vida, muerte y renacimiento. Igual que la serpiente que se enrosca, la naturaleza se renueva sin fin.

Lee también La arriesgada y disciplinada cabra

Estas cualidades convierten a la serpiente en un símbolo de poder, sanación y renacimiento, un puente entre la luz y la sombra, el peligro y la protección.

La serpiente nos invita a renovarnos con flexibilidad y valentía. Su figura milenaria nos recuerda que la sabiduría surge al abrazar la transformación: cuando derribamos viejos muros y permitimos que renazca lo nuevo y alumbramos el camino hacia un renacimiento interior.